¿Muerto el padre, brilla el hijo?

Messi, Maradona y una selección que pudo ganar luego del fallecimiento de "D10S".
sábado, 7 de enero de 2023 · 11:33

Por Lic. Ana Laura Roitman, Mat. 3.589, Psicoanálisis y Deporte, especial para MendoVoz

La locura de éxtasis por el logro de un campeonato mundial no cesa; luego de casi un mes de terminado el torneo, el mundo sigue hablando de "Argentina, no lo entenderías".

Seguimos viendo reportajes, memes, fotos, videos, reels de los jugadores, sus festejos, cómo han sido recibidos en sus casas y ovacionados en sus ciudades natales, así como en sus clubes actuales. Y nos seguimos emocionando.

Se hacen análisis de por qué esta selección y estos jugadores son tan distintos, cómo es que este cuerpo técnico se posicionó de otra manera.

Freud, siempre vigente, nos enseña que para poder erigirse el sujeto como tal, debe de matar al padre. Desarrolla esto en su histórico texto "Tótem y tabú". Allí hace un recorrido psicoanálitico y antropológico en el que describe los legados que hay en las sociedades actuales de los rituales existentes en las sociedades antiguas.

Esta aseveración ("matar al padre") no debe entenderse de forma literal, sino que puede pensarse más bien a modo metafórico. Todo sujeto pasa por el momento en el que necesita independizarse, poder cuestionar los mandatos de la familia, poder discutir las formas instituidas en que se hacen las cosas, poder repensar si el modo actual es el propio o simplemente se está obedeciendo a lo esperado.

Esta selección de fútbol nos mostró un capitán que, siendo el mejor jugador del mundo, con su humildad nos dejó boquiabiertos. Nos mostró que los hombres lloran, que los amigos se abrazan, que la alegría por el juego no se pierde, que el humor sostiene, que las emociones son parte importantisima de nuestro ser. Que más allá de ser grandes jugadores de fútbol, primero son personas, cuya salud mental también necesita acompañamiento.

Nos mostró la esperanza de una sociedad cantándole a una abuela o intentando tranquilizar a un nene asustado. Nos mostró a mujeres trabajando en ámbitos históricamente masculinos y destacándose. Nos mostró a un cuerpo técnico humano, lejos de la petulancia, aferrado a la familia, poniendo en el centro de la escena a las infancias. 

Es por todo esto que creo que esta selección es campeona del mundo porque pudo matar al padre, porque pudo encontrar su forma única, sostenerla, defenderla y con ella batallar. Por eso es campeona del mundo, porque es genuina en su ser.