El estudio de las formas familiares
en el nuevo milenio
Trayectos, dilemas y propuestas
El estudio de las formas familiares
en el nuevo milenio
Trayectos, dilemas y propuestas
Ricardo Cicerchia
(director)
Pilar Morad
Francisco García González
Cecilia Rustoyburu
(coordinadores)
Rosario, 2020
El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio. Trayectos, dilemas
y propuestas / Ricardo Cicerchia ... [et al.]; coordinación general de María del
Pilar Morad Haydar; Francisco García González; Rustoyburu Cecilia;
dirigido por Ricardo Cicerchia. - 1a ed . - Rosario: Prohistoria Ediciones, 2020.
380 p. ; 23 x 16 cm.
ISBN 978-987-4963-43-7
1. Historia. 2. Historia de Familias. I. Cicerchia, Ricardo II. Morad Haydar ,
María del Pilar , coord. III. García González, Francisco, coord. IV. Cecilia,
Rustoyburu, coord. V. Cicerchia, Ricardo, dir.
CDD 929
Maquetación de interiores: Lorena Blanco
Maquetación de tapa: Estudio XXII
Este libro recibió evaluación académica y su publicación ha sido recomendada por reconocidos especialistas que asesoran a esta editorial en la selección de los materiales.
TODOS LOS DERECHOS REGISTRADOS
HECHO EL DEPÓSITO QUE MARCA LA LEY 11723
© Ricardo Cicerchia, Pilar Morad, Francisco García González y Cecilia Rustoyburu
© de esta edición:
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Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, incluido su diseño tipográfico y
de portada, en cualquier formato y por cualquier medio, mecánico o electrónico, sin
expresa autorización del editor.
Este libro se terminó de imprimir en MULTIGRAPHIC, Buenos Aires, Argentina,
en el mes de abril de 2020.
Impreso en la Argentina
ISBN 978-987-4963-43-7
Esta publicación cuenta con el auspicio de
Índice
Trayectoria REFMUR. A modo de presentación…
Ricardo Cicerchia............................................................................
11
PRIMERA PARTE
CONFERENCIAS MAGISTRALES .......................................
17
Deconstruyendo la función
Ricardo Cicerchia............................................................................
19
El tema de familia en clave de política pública en Colombia:
algunas reflexiones
María Cristina Palacio Valencia ......................................................
33
Sociabilidades e sexualidade:os jovens de um enclave imigrante
na primeira metade do século XIX
Sergio Odilon Nadalin ....................................................................
49
SEGUNDA PARTE
FAMILIAS EN LA HISTORIA… HISTORIAS DE
FAMILIA ......................................................................................
61
Diversidad de modelos familiares en Las Novelas de Torquemada
Antonio Irigoyen López ..................................................................
63
Trayectorias familiares, movilidad social y capellanías en la
España meridional. La ciudad de Alcaraz, 1700-1825
Francisco García González y Pablo Ballesta Fernández.................
77
América colonial portuguesa: dinâmicas populacionais,
migrações e redes
Carlos A. P. Bacellar .......................................................................
99
“Foram padrinhos...”: o corpo mercantil da Praça de
Porto Alegre e suas relações de compadrio (século XIX)
Ana Silvia Volpi Scott y Gabriel Santos Berute y Dario Scott .......
115
8
El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
“...ahora más que nunca quisiera ver a VM en nuestra
compañía”. Lealtad y solidaridad entre hermanos en el largo
siglo XVIII hispanoamericano
Josefina Mallo .................................................................................
137
En Casa…Prácticas incestuosas y familias. Buenos Aires de
la primera mitad del siglo XIX. Notas para su análisis
M. Pablo Cowen..............................................................................
157
Lo masculino y lo femenino en la Real Armada española
(siglos XVIII-XIX)
María Dolores González Guardiola ................................................
175
PARTE III
INFANCIAS Y PRÁCTICAS DEL CUIDADO .....................
191
La infancia en los procesos judiciales del arzobispado de Toledo
en la Edad Moderna
Alfredo Rodríguez González ..........................................................
193
Cuidado y memoria. Retiro, hospicios y maternidades:
la construcción de un relato
Montserrat Carbonell Esteller y Céline Mutos Xicola....................
215
Estrategias familiares para el cuidado infantil. Afectos,
solidaridades y desobligaciones
Mercedes Rodríguez López y María del Pilar Morad Haydar ........
233
Filiación, crianza y ley: Vivir en familia ¿Vivir en familia?
Mercedes Silvia Minnicelli .............................................................
249
PARTE IV
PARENTESCO Y NUEVAS TECNOLOGÍAS ......................
263
Los nuevos estudios del parentesco: mutualidad, relación
y persona
Joan Bestard Camps ........................................................................
265
Todo sexo es político: algunos apuntes sobre el acceso a la
salud de personas trans en el primer nivel de atención de la
ciudad de Mar del Plata, Argentina
Melina Antoniucci...........................................................................
277
Índice
9
Tecnologías de la (no) reproducción: discursos médicos sobre el
implante subdérmico en jóvenes de sectores populares en Argentina
Cecilia Rustoyburu y Natacha Mateo .............................................
297
La re-significación del modelo biogenético y de la bilateralidad
parental a partir de los cambios sociales generados por las
técnicas de reproducción humana asistida en el ordenamiento
jurídico colombiano
Olga Carolina Cárdenas Gómez, Juliana Arias Escobar y
Talía Valero Mora............................................................................
321
PARTE V
DESPLAZAMIENTOS, MEMORIA Y VIOLENCIAS .......
339
Sin mirar atrás. Migraciones de familias monomarentales
venezolanas a la costa Caribe colombiana
Álvaro Enrique Quintana Salcedo ..................................................
341
Familia, Violencia, Historia y Memoria. El 9 de abril de 1948
en Bogotá
María Himelda Ramírez y Oscar David Rodríguez ........................
359
DIRECTOR Y COORDINADORES DE LA OBRA .............
377
Trayectoria REFMUR
A modo de presentación…
Ricardo Cicerchia
H
ace ya algo más de una década, un grupo de historiadores se ilusionaba con
la creación de una red internacional de estudios de familia. Desde entonces, REFMUR se fue consolidando como un foro global referente de investigadores de las formas familiares de todas las disciplinas. Entre sus realizaciones
fundamentales, cuatro congresos internacionales (Murcia, San Pablo, Barcelona y
Cartagena), y tres volúmenes, hoy consulta obligada sobre las formas familiares
del pasado, del presente y por qué no, del futuro.1
Podríamos decir, estábamos entonces embarcados en la avalancha del “giro
epistemológico” que se había apoderado de la reflexión de los historiadores. Los
paradigmas unificadores de las disciplinas que constituyen las ciencias sociales, o
que al menos, le servían de punto de referencia, habían sido severamente cuestionados. La duda que se impuso en las sociedades occidentales avanzadas, enfrentadas a formas de crisis que no sabían comprender e incluso, a menudo describir, ha
contribuido a difundir la convicción que el proyecto de una inteligibilidad global
de lo social quedaba en duda. Así, el cambio de dirección de las investigaciones
históricas se orientó hacia a la agencia de la vida diaria, de la historia social y de
la historia cultural. El resultado de la enorme proliferación de los estudios sociales
produjo, inevitablemente, el quebrantamiento de los grandes modelos analíticos
que hizo que a una crisis de sentido se sumara una crisis epistemológica, reabriendo, como hace un siglo, la discusión en torno a la posibilidad misma de conocimiento objetivo sobre la sociedad y sobre los procesos de cambio.
1
Como modestos mosqueteros, los ilusionistas fuimos Francisco Chacón, Juan Hernández y Antonio
Irigoyen por la Universidad de Murcia y un servidor por la Universidad de Buenos Aires. Todos nosotros
muy contenidos por la generosidad en la escucha y en la ayuda financiera de la Fundación Séneca. Nos
referimos a los congresos internacionales realizados en la Universidad de Murcia (2011); la Universidad
de San Pablo (2014); la Universidad Autónoma de Barcelona (2016); y la Universidad de Cartagena
(2018). Nuestras publicaciones bajo la nomenclatura REFMUR fueron: CHACÓN JIMÉNEZ, F. y
CICERCHIA, R. –coordinadores– Pensando la sociedad, conociendo las familias. Estudios de Familia
en el pasado y el presente, Murcia, Editum, 2012; CICERCHIA, R.; BACELLAR, C. e IRIGOYEN,
A. –coordinadores– Estructuras, coyunturas y representaciones. Perspectivas desde los estudios de
las formas familiares/Estruturas, conjunturas e representacoes. Perspectivas de estudos das formas
familiares, Murcia, Editum, 2014; y CHACÓN JIMÉNEZ, F.; ESTEVE, A. y CICERCHIA, R. –
coordinadores– Construyendo identidades y analizando desigualdades. Familias y trayectorias de vida
como objeto de análisis en Europa y América, Siglos XVI-XXI, Barcelona, CED, 2018.
12
El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
Me es imprescindible decir que nuestro último volumen es un libro de época y en
algún sentido a contracorriente. La crisis de los paradigmas analíticos provenientes
de la teoría social, el derrumbe de la bipolaridad ideológica, la emergencia de identidades radicalizadas y la profunda crisis de representación política, casi universal,
por un lado, y la ausencia de casi todo empoderamiento de la sociedad civil, más
allá de la propaganda de moda, a manos de una desenfrenada ambición de poder de
las clases dirigentes, nos llevan a interrogar sobre aquellas otras expresiones menos
reconocidas, nobles –y seguramente quiméricas– de ese mundo de pan y afectos.
Desde la historia cultural se impone la siguiente idea: las estructuras primordiales, es decir, la economía y la demografía, más el conjunto de variables políticas, institucionales y coyunturales se encuentran contenidas y direccionadas por los sistemas
culturales. Esta perspectiva de larga duración, ha complejizado, en el mejor de los
sentidos, los estudios sociales demasiado influidos, por las tradiciones funcionalistas.
En nuestros imaginarios se han sobreactuado las prácticas elitistas. Los sistemas culturales, sin embargo, se constituyeron al calor de interlocuciones que en el
marco de asimetrías objetivas, organizaron territorios de combate ciudadano por
los sentidos. Es ese mismo encuentro, el lugar de producción de subjetividades.
La preponderancia de rasgos coercitivos de nuestras historias, entre ellos, los sinuosos registros nacionalistas, han disimulado, con cierto éxito, el murmullo y el
poder de esferas colectivas, estratégias simultáneas, hermandades en la diferencia.
Nuestra intervención conlleva sus riesgos: no impresiona la afirmación de que el
Estado parece ir creando nuestra sociedad. Sin embargo, este compromiso intelectual contempla perspectivas de análisis de espacialidades, estructuras y prácticas
que tienden a recuperar particularidades y paralelismos de recorridos de vida y
performances.
Las variables culturales adquieren así una nueva dimensión de cara a los significados, las acciones simbólicas, las representaciones, las prácticas culturales. El
retorno al sujeto es producto de esa prioridad del estudio del sentido y de la acción
simbólica, por un protocolo emplazado hacia lo singular y la experiencia vivida,
descentralizado, dando paso a una narrativa, de las trayectorias, de los espacios
micro-sociales, sus redes y sus lógicas emplazadas en un oleaje de articulaciones
globales. Hablamos aquí, por supuesto, del sujeto social familia…
Conviene admitir que no todas las sociedades tuvieron el mismo régimen de
historicidad, y que no se representan ni experimentan el tiempo de la misma forma.
Sin embargo, con cautela, fundamos un lugar común. Por esto mismo, estas nuevas
astucias del conocimiento son graduales, fragmentarias y en parte minimalistas.
Así van completando una dinámica social pretérita, trascendente, aún en sus itinerarios derrotados o truncos, en una batalla contra ese apurado historicismo a la
hora de definir los fundamentos culturales de la nación. La posibilidad de un re-conocimiento de estos derroteros divergentes, depende de la habilidad de construir
focos identitarios alternativos, como lo va afirmando la nueva investigación. Y de
hecho, el campo de negociación entre lo local y la intervención global es donde,
hoy por hoy, se pueden encontrar las discusiones más interesantes. Se llegó así a
una historia con “vigor etnográfico”, cuyo objetivo principal es el de revisar la for-
Trayectoria REFMUR. A modo de presentación…
13
ma de pensar, no solo sus contenidos sino cómo y por qué, cómo una comunidad
construyó su mundo, le dio significado y le infundió vivencias.2
Dichas cápsulas de tiempo nunca, o casi nunca, se dieron en total aislamiento.
Una visión global debía contenerlas en un marco epistemológico y metodológico.
Se ha señalado que los conceptos de globalización y de lo global posicionan, al
menos, dos supuestos. Por un lado, el que remite a un proceso histórico consistente en la progresiva mundialización; y por otro, una perspectiva metodológica
basada en un desplazamiento de la mirada desde las historias nacionales hacia una
perspectiva contextual (debería decir textual) más amplia, que involucra a su vez
desde la interconexión entre espacios locales, regionales o nacionales hasta la escala planetaria. En la mira… dinámicas y sentidos conectados culturalmente.3 Más
aún, desde la teoría de sistemas, la comprensión de un caso se ilumina a partir de
su inclusión del conjunto del que forma parte, lo que imprime una variación de la
escala de estudio. Reconsiderando el impacto de los factores internos al caso mismo se lo instala al sistema de que forma parte. Así la expansión de la escala permite
ver elementos conectados incapaces de ser ponderados por el uso y abuso de un
universo autoreferencial.
Al mismo tiempo que la teoría de la modernización ha considerado a la nación
como un fenómeno político ligado a los procesos de industrialización, también
tuvo que configurar tipos tradicionales para darle particularidad y legitimidad cultural e histórica. La familia nuclear, individualizada, aislada y romántica ha emergido como contraparte de una familia tradicional, extensa, relacional y socialmente
interesada. Para el paradigma modernista, la familia nuclear y el individuo que ésta
reproduce son modernos y el parentesco, ese universo relacional centrado en los
antepasados y basado en lazos naturales, es tradicional. El modernismo requirió del
abandono de amplios lazos de parentesco para vislumbrar la figura de individuos
libres, considerando al parentesco como un vínculo primordial abonado por lazos
contractuales y cívicos. Así, en la teoría de la nacionalidad sus miembros diluyen
sus antiguas divisiones étnicas y sus lealtades para constituir voluntariamente un
contrato social entre ciudadanos. Lo que resulta de todo este proceso es la familia
nuclear y su esfera privada, aquella que reproduce individuos socialmente móviles,
base de la sociedad civil vis a vis con la nación cívica, una esfera pública que proporciona identidad a estos individuos.
Esta idea moderna de familia, profundamente arraigada en nuestras representaciones sociales, es el principal retrato del campo de las historias pioneras de la
familia en Europa. Un discurso sobre la disolución de los lazos primordiales del
2
Con mucha anticipación Robert Darnton ya anunciaba este giro culturalista. Insiste en que los
objetos culturales no son producidos por los historiadores, sino por los contemporáneos que le dan
significado, bajo este supuesto necesitan ser interpelados a partir de los elementos simbólicos de
las relaciones sociales. DARNTON, R. The Great Cat Massacre and the other episodies in French
Cultural History, New York, Basic Books, 1984 [versión traducida al castellano, FCE, 1984].
3
Un ejercicio de tal entrecruzamiento en mi último libro de la Serie Historia de la Vida Privada en
Argentina, CICERCHIA, R. Jujuy en el Trópico de Capricornio. Fronteras, visiones y trajinantes,
Rosario, Prohistoria, 2014.
14
El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
parentesco, la desaparición de grandes familias extensas, la aparición de una subjetividad doméstica entre esposos individualistas y la valoración de los hijos como
objetos del sentimiento. En esta narrativa, el parentesco queda situado en el pasado –los antepasados generan nuestras relaciones de parentesco– y la mentalidad individualista en el presente –la pareja conyugal genera individuos que van
diferenciándose de toda tradición. El dilema consistió para este relato, en situar
el momento de aparición del complejo familiar nuclear y establecer su grado de
funcionalidad con las estructuras sociales. Así, el capitalismo, la industrialización
y la modernización fueron los ejes clave que permitieron develar la génesis y configuración del complejo de la familia nuclear.
Sin embargo, el trayecto de la disolución progresiva de los lazos primordiales
del parentesco hasta llegar a lazos contractuales entre individuos que se sitúan
después de las relaciones naturales de la procreación, se presenta conflictivo para
un pensamiento histórico preocupado por los contextos temporales y espaciales y
para aquellas perspectivas antropológicas interesadas en los procesos culturales
que articulan las relaciones de parentesco con la reproducción social. En el territorio de la historia, la respuesta fue un énfasis en los procesos regionales y en una
mejor conceptualización de la unidad doméstica. Es decir, una combinatoria de
elementos estructurales y culturales de mayor encarnadura social. En el discurso
antropológico, la nueva mirada se orientó a cierto rechazo por las definiciones uniformes y universales de familia, matrimonio, y redes de parentesco, dando lugar
a caracterizaciones más contingentes abiertas a contextos culturales concretos. Y
el matrimonio –por conveniencia– entre la historia y la antropología ha arrojado
algo de luz a la hora de proyectar visiones menos saturadas sobre el campo: corpus
estadísticos, genealogías y culturas regionales.4
Bajo estos lineamientos generales, ofrecemos aquí nuestro cuarto libro colectivo,
continuidad de los debates que hemos venido sosteniendo en distintos escenarios
académicos y de la propia sociedad civil. Su publicación no hubiera sido posible sin
el auspicio del Seminario Permanente de Historia Latinoamericana Contemporánea
(SEPHILA) del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y el CONICET, Argentina; y
de la Universidad de Cartagena, Colombia. En el primer volumen intentamos una
revitalización, sobre todo historiográfica, de los estudios de familia con el propósito
de levantar la voz académica sobre las problemáticas contemporáneas del cosmos
doméstico. El segundo texto se inclinó hacia un estado del arte multidisciplinario que
sirviese como nueva plataforma de saberes y desafíos. Un tercer volumen abordó
cuestiones estructurales con centro en los procesos demográficos y los lineamientos del Social Network Analysis. Ahora, avanzamos sobre temáticas específicas que,
creemos, están a la vanguardia de los nuevos itinerarios del campo.
4
Palabras más, palabras menos, así lo explicaba en mi Conferencia Inaugural “Por una genealogía
de las formas familiares. Estructuras, trayectorias y performance”, dictada en I Jornadas
Internacionales: Las conformaciones familiares de ayer y hoy: fuente, conceptos y perspectivas de
análisis, Universidad Nacional de La Plata, noviembre 2017.
Trayectoria REFMUR. A modo de presentación…
15
En el principio, una fuente inspiradora de la tarea académica y organizativa
asumida fue, sin duda, el ejemplo recibido por uno de nuestros maestros, Peter
Laslett.5 Y en el recorrido, la participación fundamental de notables especialistas,
hoy integrantes de la familia REFMUR.
Hoy integran la red más de 30 universidades a través de sus Departamentos, Facultades o Institutos de Investigación, por cierto, con mayoría latinoamericana. La
fluidez del intercambio, su consistencia y la rigurosidad profesional fueron clave en
el crecimiento de la red que se impuso a sí misma, como lo expresaba su Manifiesto
fundacional, ser leal a los principios de la ciencia moderna, la institucionalidad y el
resguardo de una sensibilidad social imprescindible a la hora de nuestros análisis.
Por último, afirmamos que para pensar las formas familiares es necesario indagar sobre su historia en el devenir de las transformaciones socioeconómicas y
culturales, lo que implica una doble lectura de los procesos domésticos por un lado,
y el cambio social por el otro. Las transformaciones de nuestros pueblos, influyendo sobre tales recorridos, abonan la noción plural de familia, la trama de redes de
parentesco y la organización del grupo doméstico. Así fueron inclinándose, desde
la década de 1990, miradas hacia la diversificación de las experiencias y representaciones familiares. El cuestionamiento a modelos interpretativos macro-estructurales y su correctivo de la mano de cierta sensibilidad hacia el microanálisis,
determinó para el campo al menos dos itinerarios: el uso de unidades de análisis
desagregadas; y una batería de herramientas metodológicas eficientes a la hora de
aprehender la cartografía de las diversas morfologías familiares, que, finalmente,
en el plano de la continuidad/ruptura, soportan la imprescindible pertinencia de los
campos de las subjetividades, una verdadera vindicación de lo mejor del post-estructuralismo.
Ahora unas líneas sobre la obra… La crítica, revisión y nueva lectura de las ya
conocidas y utilizadas es condición necesaria y se convierte en premisa básica en
cualquier investigación; máxime en el campo de los estudios de la familia por razones del carácter multidisciplinar y las permanentes interacciones de sus objetivos.
Por otra parte, las fuentes son muy diversas: literarias, etnográficas, demográficas,
de origen antropológico, incluso testimoniales, aparte de las propiamente históricas. Todo lo cual obliga a una constante y continua revisión sobre las mismas. La
abundante bibliografía y la diversidad temática del sujeto social familia, permiten
plantear preguntas que giran alrededor de relaciones sociales, dominación, desigualdad, identidad, cambio y movilidad social, tradiciones y valores, violencia…
5
Peter Laslett y el Grupo de Cambridge nos han influido grandemente en la interpretación teórica
y metodológica de la historia de la familia. Con la publicación de su libro The World We Have
Lost en 1965, desafió la creencia generalizada sobre el grupo doméstico constituido por múltiples
generaciones como la norma para la Europa pre-industrial. Laslett afirmó, en contra de las
corrientes dominantes, que la familia nuclear había sido el tipo dominante de familia desde tiempos
medievales, sobre todo en el noroeste europeo. Por implicación, su estudio también desafió la
noción de que la Revolución Industrial había destruido la familia extensa reemplazándola por la
familia nuclear. A pesar de ciertos reparos regionales a su modelo, sin dudas, “golpe de gracia” a la
excesiva manipulación parsoniana en nuestros asuntos. Aquí nuestro homenaje…
16
El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
Una salida posible es reinterpretar las prácticas familiares como expresión y
formación de un sistema cultural. Lo simbólico posee entidad y es tangible como
cualquier producción material. Las estructuras que representa, por cierto opacas en
la mayoría de los casos, son realidades concretas. Los nuevos instrumentos deben
capturar lo más local de los detalles y los más global de las estructuras, eso sí, de
manera simultánea. Los estudios de familia necesitan posicionarse como una indagación interpretativa en busca de significaciones en la dirección de delinear un
nuevo discurso social.
El foro internacional de especialistas en REFMUR IV, realizado en Cartagena
en agosto de 2018 con el auspicio de la Universidad de Cartagena y la Universidad de Caldas, se propuso indagar en tales dilemas. Con el ánimo de abordar las
problemáticas contemporáneas, nos aprestamos a escucharnos y debatir con el más
amplio sentido democrático de cara a un compromiso social que es parte esencial
de nuestro trabajo académico. De tales compromisos emerge la presente obra.
El libro es una compilación de textos seleccionados en el marco del IV Congreso
Internacional REFMUR, celebrado en Cartagena. Se abre con las tres conferencias
magistrales que desarrollaron temáticas teóricas, filosóficas y metodológicas que han
florecido en las nuevas investigaciones. Continúa con cuatro secciones organizadas
temáticamente abordando respectivamente una perspectiva histórica; los fenómenos
del cuidado en clave de infancias; asuntos vinculados al parentesco y género a propósito de los nuevos interrogantes formulados básicamente por las nuevas tecnologías;
y por último, dos ensayos sobre violencia, migraciones y memoria.
De más está decirlo, es un libro incompleto… cuyo aporte fundamental es la
actualización de los nuevos rasgos que adquiere la investigación en el campo, en
particular para aquellos colegas de tantas disciplinas como nuestro sujeto de estudio implica y compromete.
Buenos Aires, invierno de 2019
Primera Parte
Conferencias magistrales
Deconstruyendo la función
Ricardo Cicerchia
“No vengo a ofrecerles una nueva lección
inaugural, apenas el estudio de las cuestiones que
deberían ocupar nuestra atención. Me parece bien
introducirlos en las líneas generales de nuestro
tema, el método que seguiré para tratarlo y el
interés que representa para nuestras
investigaciones” (Primera Lección en el curso “Introducción a la Sociología de la familia”, dictado por
Emile Durkheim en la Facultad de Letras de Bourdeaux, 1888). Fragmento que hago mío, claro…
rataremos un conjunto de aproximaciones, notas, reseñas, fragmentos, que
asisten como complemento crítico de la sociología de la familia, piedra angular
de todas nuestras interpretaciones. El epicentro, no podría ser otro que las cuatro obras escritas en vida por Emile Durkheim. Abordaje que no descuide la dimensión de los aportes del programa durkheimiano, pero que tampoco desdeñe una nueva
arremetida contra el modelo aun hegemónico sobre los sentidos del cosmos familiar.
He leído, estudiado, debatido, enseñado, escrito y hasta me he plagiado sobre
las temáticas familiares, desde hace muchos años. Todos ustedes conocen más o
menos mis puntos de vista, mis modestas contribuciones al campo y mi trayectoria.
También mi entusiasmo seguido de fastidio, desencanto y nuevo enamoramiento
por nuestra producción. Sin embargo, y a contracorriente de lo que se espera de una
Conferencia Inaugural, me propuse repensar alguna de mis notas principales. Me
refiero a ese eslogan que repito: volver a los fundamentos.
Me sería relativamente fácil recurrir a Engels, que a la sombra de un brillante
Marx fue apenas un buen escritor y mejor amigo. Pero más provocativo me resultó
revisar, creo yo, la base de nuestras hipótesis y de nuestros yerros, me refiero al
ilustre Emile Durkheim (1858-1917).
A partir de una primera etapa de las relaciones sexuales humanas comprendida en el comunismo primitivo –según apreciación de Engels– el desarrollo de
la familia marca una tendencia de restricción del número y de las características
de sus miembros. Tal tendencia restrictiva opera desde la tribu, hasta alcanzar la
T
20
El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
forma moderna de la familia nuclear monógama. También Durkheim comparte en
cierto modo esta opinión de la evolución de la familia en sentido progresivamente
contractivo, lo cual pone de manifiesto la existencia de la idea evolucionista implícita en su trabajo. Aunque para este autor la familia, como todo hecho social;
en vez de ser una asociación natural de parientes, constituye una institución social;
la familia, siendo un hecho social, tiene por tanto una causalidad también social.
Del clan exógamo y amorfo, la institución familiar se contrae progresivamente en
la misma medida que se extiende más y más el horizonte social. En medio de este
proceso de dilatación-contracción, Durkheim, recordemos, distingue seis modelos institucionales y sucesivos de la familia: “el clan, la familia-clan diferenciada
(uterina o masculina), la familia agnática, la familia patriarcal-romana, la familia
paterna-germánica y la familia conyugal-moderna”.
Superado el disgusto ideológico, fue la Historia la que rebate el argumento
evolucionista, funcional y unidireccional, indicando diversidad, contemporaneidad
de tipos, modalidades formológicas… en fin una fenomenología familiar más dispuesta a la agencia que a los hábitos. ¡Qué otra cosa nos enseñaba Peter Laslett!
(Household and Family in Past Time: Comparative Studies in the Size and Structure of the Domestic Group, Cambridge, University Press, 1972).
Hay consenso de que tratamos de un sujeto social, revisemos… Para poder
hablar de la familia como hecho social, se hace necesario conocer bastante acerca
de Durkheim, cuya perspectiva teórica sirve de base a estas reflexiones. Emile
Durkheim, nace en Francia en 1858, hijo de una familia judía, a los 18 años ingresa
a la Escuela Normal Superior. En 1882 se diploma en la cátedra de filosofía, pasa a
ejercer la docencia, en 1887 toma la docencia de una cátedra en la Universidad de
Burdeos y en 1902 en la de La Sorbona. Entre 1898 y 1913 fue el editor director de
la revista de ciencias sociales: L’ Année Sociologique.
Un adelanto: entendemos el proyecto durkheimiano como una sorprendente actualización teórica del campo sociológico, una visión reformista del conflicto social,
la comprensión de la necesidad de superar el positivismo clásico y la tendencia por
aprehender las dinámicas de la estructura social. Se logra así una rica y curiosa síntesis de preguntas diversas sobre el orden social y el conflicto (donde sus intuiciones
y el marxismo cumplieron un papel nada secundario), pensándose las tensiones entre
la modernización de la sociedad y el sistema político con poca capacidad de procesar
las demandas de apertura, que si bien no impulsó un programa de investigación sistemático inmediato, estas ideas contribuyeron a iniciar las primeras investigaciones
empíricas (Cicerchia, 2018). La adopción de una mirada realista sobre la sociedad no
fue acrítica. Por el contrario, significó una ruptura cognoscitiva (pero respetuosa)
de la generación anterior de intelectuales, pues se aceptaron sus objetivos, pero se
reclamó un mayor proceso de especialización de la tarea académica. Casi al mismo
tiempo, el campo fue influido por la tradición de investigación sociográfica, iniciada
por Frederic Le Play (Les Ouvriers Europeens: Etude Sur Les Travaux, La Vie Domestique Et La Condition Morale: Des Populations Ouvrieres de L’Europe; Precedees D’Un Expose de La Methode D’Observation. París: Mame Editours, 1872). Ésta
Primera Parte: Conferencias magistrales
21
ofrecía una guía para el análisis sociológico y una serie de técnicas de investigación
que, en conjunto, combinaban el análisis cuantitativo con información cualitativa sobre la vida de las familias obreras. Aunque este segundo empujón solo será mencionado aquí, no tengo tanto tiempo ¿verdad? En cuanto a la obra de Durkheim, puede
ser descrita en siete puntos básicos:
1) La solidaridad social: “La División del Trabajo Social” (editada en 1893) fue
su primer trabajo importante, en la misma explica la sociedad moderna mediante la
división del trabajo y el derecho represivo, desde una postura crítica de la misma estableciendo la relación deseable entre el conocimiento positivo y el juicio normativo.
2) La consolidación de la sociología como ciencia autónoma: En este aspecto
tan relevante en la carrera y trabajo de Durkheim sus obras fundamentales son: Las
Reglas del Método Sociológico (1895) y El Suicidio (1897). En la primera define
los principios epistemológicos de una ciencia positiva capaz de abordar al conocimiento concreto de las sociedades humanas, en forma totalmente independiente
de las demás ciencias, esto es la sociología como ciencia autónoma y no como
una rama más de la filosofía. En el segundo, realiza un estudio sociológico donde
demuestra que lo que aparenta ser un hecho individual no es otra cosa que un hecho social, donde se relaciona la dependencia del individuo a factores externos y
colectivos como son la religión, la educación y la familia.
3) Educación y pedagogía: Durkheim en 1911, publica un artículo titulado
“Educación” en el cual presenta un resumen de su pensamiento pedagógico. Como
docente dictó cursos en su cátedra sobre educación moral, historia de la pedagogía.
4) Teoría política y derecho: En este aspecto Durkheim parte de la filosofía económica, jurídica y política del siglo XVIII y sobre la base del estudio que hiciera
de la obra de Saint Simón, asume una posición crítica en relación con las corrientes
socialista y comunista.
5) La moral: Este fue siempre un tema frecuente en toda su obra y lo canaliza
en tres grandes temas: a) concepto de la moral; b) el papel del moralista y c) desarrollo del concepto de una ciencia moral adecuada a sus tiempos.
6) La filosofía: Evidentemente Durkheim tuvo una formación filosófica, por
tanto, desde esta perspectiva plantea la sociología con este perfil, sin embargo,
desarrolla una teoría sociológica de carácter ontológico en su obra “Las Formas
Elementales de la Vida Religiosa” (1912).
7) La religión: Por su tradición judía y su fe en la religión de la humanidad, se
desprende la obra citada anteriormente, su propio concepto y que lo hace fundamental en este tema y que va a radicar en la comprensión de la dimensión religiosa.
Vinculándola con lo sagrado, pero sin interponer los conceptos de la divinidad y el
más allá. Para Durkheim la experiencia religiosa es un fenómeno universal.
Lo que distingue a Durkheim, es el hecho de que éste logra desde un punto de
vista epistemológico independizar la sociología de otras disciplinas científicas existentes. Es entonces que interpreta la existencia de fenómenos específicamente sociales a los que designa como hechos sociales, y que se constituyen como unidades de
estudio que no pueden ser abordados desde otro método que no sea el sociológico.
El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
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Cabe destacar, que Durkheim define a los hechos sociales como modos de
actuar, de pensar y de sentir exteriores al individuo, y que poseen un poder de
coerción en virtud del cual se imponen. Asimismo, las características básicas que
representan a los hechos sociales son:
●
Exterioridad: Los hechos sociales existen con anterioridad al nacimiento
de un individuo en determinada sociedad, por lo tanto, son exteriores a él.
●
Coerción: Siendo que un individuo es educado conforme a las normas y
reglas que rigen la sociedad donde nació, son coercitivos.
●
Colectividad: Por formar parte de la cultura de una sociedad son colectivos
(creencias, tendencias, prácticas de grupo).
Las proposiciones más audaces y provocativas, hoy por hoy, vienen de la mano de
la demografía y de los análisis de redes. Estructura y performance, bien digo en
varios de mis relatos. Confirmamos este sujeto social en su carácter epistémico,
pero agregamos, sujeto social en la red de experiencias… familiares.
En su seminario del 2 de abril de 1892 del “Curso sobre la familia”, Durkheim
introduce su noción de “familia conyugal”. “La familia conyugal resulta de una
contracción de la familia paternal. Esta última comprendía al padre, la madre y
todas las generaciones surgidas de ellos, salvo las hijas y sus descendientes. La
familia conyugal comprende solo al marido, su esposa y sus hijos menores y solteros”. También releva algunas de las particularidades que este tipo de familia presenta, fundamentalmente por diferencia de los tipos que la precedieron y de las que
por contracción ha surgido: la familia paternal y la familia patriarcal. Durkheim le
dedica una parte importante de su intervención al hecho de la ausencia de responsabilidad civil para los hijos menores y solteros. Hace hincapié en que el capital de
la familia no está a disposición de estos. El matrimonio y la mayoría de edad constituyen el criterio de salida del ámbito familiar: a partir de este momento, si bien es
posible continuar la convivencia con los padres, se trata solo de un hecho material
y no jurídico. Durkheim arroja una conclusión parcial: “Estamos, entonces, en presencia de un nuevo tipo de familia. Puesto que los únicos elementos permanentes
en ella son el marido y la esposa, puesto que todos los niños dejan tarde o temprano la casa paterna, propongo llamarla familia conyugal”. Al proseguir el análisis,
introduce un elemento fundamental a considerar como formando parte de la vida
doméstica: el Estado. Pero lo que es más nuevo aún y más distintivo de este tipo
familiar, es la intervención siempre creciente del Estado en la vida interior de la familia. Se puede decir que el Estado ha devenido un factor de la vida doméstica. Es
por su intermediación que se ejerce el derecho de corrección del padre cuando éste
sobrepasa ciertos límites. Es el Estado quien, en la persona del magistrado, preside
los consejos de familia; quien toma bajo su protección al menor huérfano hasta que
un tutor sea nombrado; quien pronuncia y en ocasiones requiere la interdicción del
adulto. Una ley reciente autoriza incluso en ciertos casos al tribunal a pronunciar la
Primera Parte: Conferencias magistrales
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destitución del poder paterno. Durkheim propone que “no hay nada que recuerde
aquel estado de dependencia perpetua que era la base de la familia paternal y de
la familia patriarcal”. Su propuesta es contundente: la familia conyugal supone un
corte en la historia de las formas de la familia en lo referente al modo en que los
lazos familiares se rompen o se sostienen en forma perpetua. El matrimonio y/o
la mayoría de edad, garantizan la ruptura del estado de dependencia parental. Su
afirmación, hito en la historia de la sociología de la familia, sabemos hoy: es falsa.
Solo que, para poder verla de este modo, hace falta haber realizado cierto recorrido
aún inacabado por las ciencias sociales.
Nota al pie de página: conversando con un amigo mayor que yo y más sabio,
le decía que no he llegado a comprender el siglo XXI, a lo que me respondió…
bueno yo tampoco he entendido el siglo XX. Lo que nos llevó a poner la mirada en
el largo siglo XIX. Porque del interés, porque la modernidad se constituyó con tres
discursos fundamentales, el económico con el capitalismo, el político con el Estado
moderno y el cultural con la ciencia, la revolución tecnológica, y los movimientos
estéticos. Los tres simétricamente poderosos e influyentes. Un recorrido de sinuosidades que funcionó hasta la crisis de 1930. El último de ellos hoy desvanecido y
subsumido por las lógicas del poder y de los intereses corporativos.
Destaco ahora cuatro ejemplos emanados de la esfera de la cultura: la invención
de la bomba de vacío, las expediciones transoceánicas, los precursores de las vanguardias plásticas y la eugenesia.
El invento de Guericke funcionaba como una bomba de agua, pero con unas
piezas muy ajustadas para cerrar herméticamente el aparato. Constaba de un pistón
al que iba unido un cilindro que actuaba como una pistola de aire. Se accionaba con
la fuerza muscular y era lenta pero fue útil para producir un vacío grande aunque no
total. Permitió hacer varios experimentos que hasta entonces solo se habían afrontado teóricamente, se demostró que en el vacío el sonido no se propaga, que los
animales no pueden sobrevivir o que las bujías no podían arder. También permitió
medir la densidad del aire gracias a la diferencia de peso de una esfera metálica
cuando se hacía el vacío y cuando contenía aire dentro. Golpe mortal al principio
teológico de la imposibilidad de la vacuedad.
A von Humboldt (1769-1859) se le atribuyen gran cantidad de investigaciones
y aportes científicos entre los que mencionaré algunos de los más importantes: la
corriente de Humboldt, una corriente oceánica fría que fluye en dirección norte a lo
largo de la costa occidental de Sudamérica; también conocida como corriente Peruana o del Perú. Descubierta en 1800, al medir la temperatura de la zona oriental
del océano Pacífico frente a las costas de Callao (Perú); las tormentas geomagnéticas. Desde mayo de 1806 hasta junio de 1807, Humboldt junto con un colega,
observaron una pequeña declinación en el campo magnético de Berlín cada media
hora, desde la media noche hasta el amanecer. Usaron un microscopio para identificar en qué dirección apuntaba la aguja magnética; la elaboración del mapa de
isotermas. Fue el primer científico en trazar las “líneas isotermas” que actualmente
se utilizan en los mapas climáticos y que indican las temperaturas en todos los
lugares, en un momento dado; y por último, para sospechar de Steve Spielberg,
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El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
el término Jurásico. El nombre “Jurakalk” fue introducido por von Humboldt, en
1795, quien usó el término para hacer referencia a las rocas carbonáticas de los
Montes Jura en el sur de Alemania y en Suiza.
Captar el cambio tecnológico y de una época con nuevos escenarios de humo,
hierro, vapor y hollín de la revolución industrial, acompañando la transformación
formal de la pintura que deja atrás la claridad del neoclasicismo, para sumergirse
en una atmósfera cromática de nuevas texturas y matices. William Turner (17751851) exhibe en 1844 siete óleos en la Royal Academy y antes de su partida a
Suiza expone Rain, Steam y Speed…, otra mirada sobre una realidad transformada
rápidamente en cotidiana, de una sociedad en transformación. Una nueva fuerza en
la vida en Maidenhead. Trazos de un desarrollo fabril en sus objetos, esos artefactos fundamentales de una nueva cultura material. El ferrocarril de Great Western
(1844) es una de las obras maestras de Turner en las cuales el agua, la tierra, el
cielo y un símbolo fundamental de la industrialización se unen en un dibujo apretado por amarillos intensos. La perspectiva de desaparición empleada por Turner
proporciona una vista donde todos los elementos de la pintura se mezclan y se
funden unos con otros, a excepción del tren que se destaca como una bestia de
hierro en un fondo amarillo-azul-gris. Todo lo compacto se monta en la atmósfera.
La lluvia se mezcla con el vapor del tren que corre, mientras el río Támesis brilla
bajo un puente de ladrillo en Maidenhead. La formación, encendida, asoma como
un violento puño de hierro que se abre paso a través de la naturaleza, expresión de
una visión romántica del mundo moderno. Sin embargo, si su arte es visto como
el despliegue de un diagrama, podríamos percibir aquí una composición integrada
por círculos superpuestos de Romanticismo, Realismo, Impresionismo e incluso
Expresionismo Abstracto.
Francis Galton (1822-1911) está considerado el padre de la eugenesia. Médico
y estadista inglés, primo de Charles Darwin y victoriano por posición social y por
convicción, ideó las bases de un plan de mejora de la raza. Derivó su idea principal
de la crianza de caballos de carrera. Pensó que se podían criar mejores hombres
como se pueden criar mejores caballos. En 1883 Francis Galton acuña el término
eugenesia (“la verdadera semilla o el nacimiento noble”), en su obra Investigaciones sobre las facultades humanas y su desarrollo (1883). Sus teorías se apoyaron
en una serie de ideas previas: la evolución de las especies y la teoría de selección
natural de Darwin; las ideas de Malthus de que los recursos mundiales tenían una
capacidad limitada inversamente proporcional al crecimiento de la población; la
preocupación de las clases medias inglesas por lo que pensaban era una degeneración de la raza: el hacinamiento en las ciudades, surgimiento de enfermedades que
se creía eran hereditarias o afectaban los caracteres hereditarios, como la tuberculosis, la sífilis o el alcoholismo.
Analizaremos más en profundidad las concepciones de Galton: su idea de la
transmisión hereditaria de las facultades intelectuales y morales; sus opiniones sobre las razas y los sexos; su concepción sobre la existencia de tipos característicos
no solamente raciales, sino también de enfermos o criminales; su clasificación de los
seres humanos en categorías superiores e inferiores; y sus propuestas eugenésicas.
Primera Parte: Conferencias magistrales
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Todos estos episodios y sus protagonistas fueron conocidos, reconocidos, aclamados, premiados y socializados en su tiempo, mientras que hoy apenas son rescatados no sin polémicas los avances de la revista Science, o admiramos desde
las vidrieras de Christie´s, las duplicaciones infinitas de Andy Wharol. Apenas la
literatura ejerce relativa influencia en los imaginarios sociales. Cambio de época
donde también impera la hibridez teórica que ha contribuido a desmontar jerarquías pero nos ha sumido en una relativa desorientación. No alcanza con la noción de estructura en etnología de Levi Strauss, ni con las ideas comunicaciones
de Habermas, con el giro culturalista de nuestras tesis. Ahora una cosa se le ha
de reconocer a Slavoj Žižek: ha comprendido perfectamente el funcionamiento
del “capitalismo cultural” de nuestra época. Sabe que la autoridad que ayer hacía
respetable al intelectual en el espacio público, que se basaba en el reconocimiento
científico, filosófico o artístico de su obra por parte de sus pares, ha desaparecido
porque justamente esas instituciones legitimadoras están en trance de demolición:
el viejo malestar de la cultura.
Tambaleante el edificio que imponía condiciones hasta por lo menos mediados
del siglo XX que tanto abogaba por los intereses comunes de los miembros de la
sociedad a través del consenso y el orden en el derrotero del progreso civilizatorio,
posicionaba al funcionalismo como un sistema armónico integrado. La demolición
vino de la mano de una dispersión digamos juvenil del análisis social, y por cierto
del estudio de las formas familiares. Para superar el estado actual de enfrentamiento desordenado de paradigmas, algunas líneas de superación:
1. Todo proceso de interacción social debe ser conceptualizado a la vez como
realidad objetiva y como campo de subjetividades.
2. Trayectorias y sociedad no pueden ser consideradas entidades en círculos
concéntricos.
3. El orden social es el resultado del conflicto y del consenso.
4. El carácter dialéctico de la sociedad necesita de estudios genéticos y
diacrónicos.
5. La libertad humana es una propiedad esencial del cambio social.
6. La división sexual del trabajo es la estructura del patriarcado.
7. El estatuto de conocimiento de la realidad debe legitimarse en términos de
un sistema.
La familia es la más antigua de las instituciones sociales humanas, es el grado
primario de adscripción. Es un sistema abierto, es decir, un conjunto de elementos
ligados entre sí por reglas de comportamiento y por funciones dinámicas en constante interacción interna y con el exterior. Desde la década de 1950, la familia se
estudia como un sistema relacional con principios y categorías que la definen como
un problema de investigación. Los actuales estudios de la familia en el ámbito de
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El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
las Ciencias Sociales se apoyan en una epistemología rica, aunque no siempre homogénea, debido a que algunos conceptos básicos provienen de ámbitos relativamente independientes (Cicerchia, 1998a: Introducción). Muchos estudios quedarán
marcados por la impronta inicial de la teoría de los sistemas, pero se le suman los
aportes de la cibernética con los conceptos de feedback positivo o negativo, la teoría de la comunicación humana, los conceptos procedentes de enfoques evolutivos
y estructuralistas. Los conceptos más importantes que incluyen estos aportes son
los conceptos de la teoría de la comunicación, los evolutivos y los estructurales.
La teoría de la comunicación como sabemos postula, en primer lugar, que es imposible no comunicar, en segundo, que en toda comunicación cabe distinguir el
nivel digital (contenido semántico de la comunicación) y el nivel analógico (cómo
se ha de entender el mensaje, es decir, qué tipo de relación se da entre emisor y
receptor), y en tercero, que la definición de una interacción está condicionada por
la puntuación de las secuencias de comunicación entre los participantes. La teoría
evolutiva plantea que la familia pasa por crisis normativas y crisis paranormativas provocadas por eventos producidos en el macrocontexto o por situaciones no
previsibles como las enfermedades, las separaciones y la muerte a destiempo. La
teoría estructural aporta los conceptos de límites o fronteras familiares internas, las
cuales son identificables por las distintas reglas de conducta aplicables a los diferentes subsistemas familiares. Los límites entre los subsistemas varían en cuanto a
su permeabilidad, y pueden ser difusos, rígidos o claros: estos últimos son los que
definirían una adaptación funcional.
La teoría de campo ha tenido también importante repercusión en el ámbito de la
familia, al servir de punto de partida para entender el sujeto y su entorno como una
constelación de variables interdependientes, cuya totalidad constituye un campo.1
Pero, ya se sabe, los paradigmas metodológicos fundantes fueron sujetos a críticas
y revisiones. La insistencia casi exclusiva en la corresidencia y en el enfoque transversal (determinados ambos, justo es decirlo, por las características de las fuentes
de bases) están acusados, y con razón, de no establecer las necesarias conexiones
entre las estructuras de hogares y la historia económica y social.
Ahora, nos interesa abordar el tema de la desigualdad y de los dispositivos
socioeconómicos que la organizan y producen. Hablamos de la nueva cuestión
social, vinculada primordialmente a la relación capital/trabajo. ¿Qué nos muestran
las tablas de ingreso con relación a los hogares? Hoy por hoy, casi el 60% del
ingreso total se percibe en forma de salario o remuneración laboral y otro 30% en
concepto de ingresos sociales como la jubilación (Piketti, 2014: 18). De estos indicadores, impacta la desigualdad en los salarios, una tendencia mundial que acrecienta dramáticamente la brecha entre los deciles extremos. Una dinámica de orden
1
Importante fueron en este desarrollo los Estudios Culturales (Cultural Studies) que tuvieron
comienzo en Inglaterra, en 1956 impulsados por intelectuales como Raymond Williams, William
Hoggart y Stuart Hall, quienes decidieron tomar distancia del marxismo dogmático para adoptar
una visión más comprometida más con las particularidades y la autonomía de las superestructuras
tradicionales, en especial del arte y la literatura (Jameson y Zizek, 1988).
Primera Parte: Conferencias magistrales
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estructural de la nueva etapa del capitalismo financiero. Para Marx, volvemos a
los fundamentos, la lógica del sistema capitalista es amplificar consistentemente la
desigualdad entre las clases tanto en el interior de los países como entre países ricos
y pobres. Dicha tendencia fue amortiguada durante gran parte del siglo XX a partir
de la revolución fiscal producida por el impuesto progresivo sobre las ganancias y
las sucesiones. Proceso detenido en la década de 1970, cuando la desigualdad comienza a aumentar en casi todos los países occidentales. Y ciertamente, el juego de
la oferta y la demanda para diferentes niveles de capital humano también explican
este aumento de la desigualdad salarial. La deconfiguración del papel de la política
permitió una extraordinaria transformación del mercado de trabajo, con el avance
del desempleo, el subempleo y un tipo de globalización que oprime a los trabajadores de los países periféricos, explicada por los economistas, por una desproporcionada valoración de la alta calificación (estrategia de clase), el derrumbe de los
bajos salarios, y la informalidad. De telón de fondo la crisis del Estado de bienestar.
Los fenómenos de exclusión/disolución de los principios de la solidaridad y el fracaso de la concepción tradicional de los derechos sociales, es otro de las variables
estructurales de carácter cultural que hacen al Estado una maquinaria cada vez más
opaca y burocrática, que enturbia la percepción de su finalidad dominada por la
lógica del poder (Rosanvallon, 1995: 9-10).
Ante los hechos observados y confirmados, y en paralelo con las propias trayectorias familiares, o ciclos de vida, asoma el compromiso de combinar teorías
de corto y largo plazo. Aquí, ante los límites analíticos actuales, se impone una
renovación en el entendimiento de los regímenes de historicidad que gobiernan
los nuevos fenómenos en todas sus variables sociales. Para América Latina, desde la base del cuestionamiento de la teoría de la convergencia o de la imperfección del mercado de crédito entre países centrales y países pobres, en el plano
de la toma de decisiones que sujetan las desigualdades internacionales. Emergen
así los dilemas de la transnacionalidad. En su indagación nos preguntamos si se
trataría de la globalización del mercado de trabajo en una nueva división internacional de la relación centro-periferias, o tal vez de un ciclo desconocido de las
dinámicas demográficas, o del impacto de las impensadas tecnologías de la comunicación… Su estudio, sin duda, ha puesto en jaque el modelo asimilacionista
(Pedone, 2010: 112). Las sucesivas y relevantes aproximaciones cualitativas nos
ayudan a ir configurando los escenarios familiares en las lógicas generales de los
procesos de globalización, pero lejos estamos de poder proyectar los alcances
de tales redes familiares en la articulación de nuevas relaciones y proponer su
conceptualización (Sánchez, López y Palacio, 2013: 135-136). Aceptamos, por
otro lado, observación etnográfica y el registro minucioso de ciertas identidades
(nación, género, etnicidad, etc.), imaginadas tradicionalmente por las ciencias
sociales como pre-constituidas; reconociendo, además, la eficacia de deconstrucción empleada por los estudios culturales. Pero a estas particularidades legítimas
se le escapan las relaciones capital/trabajo como un elemento prioritario de sus
análisis. Respondamos a las siguientes nueve premisas medulares de los maestros funcionalistas:
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El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
1. Revisar el lugar de la ciencia en su vinculación con los procesos históricos,
superando la perspectiva romántica y literaria que había contaminado
toda pretensión científica sobre los fenómenos sociales: hechos, métodos,
fuentes y objetividad. ¡ME GUSTA!
2. Toda la lógica se dirige solo al espíritu, no a la voluntad, el objetivo de la
conducta no es lo verdadero sino lo útil o lo bueno. Se trata de las prácticas
de la vida moral (Durkheim, La división del trabajo social, 1893). ¡NO ME
GUSTA!
3. La moral se protege con la autoridad, la disciplina y la regla en la visión
durkheimiana. ¡NO ME GUSTA!
4. La familia es una mínima clasificación morfológica de los fenómenos
sociales (Durkheim, Introducción a la Sociología de la familia, 1888). ¡ME
GUSTA Y NO ME GUSTA!
5. En el programa durkheimiano las transformaciones de la familia en clave
evolucionista: agnaticia, patriarcal, parental, conyugal (Durkheim, La
familia conyugal, 1892). ¡NO ME GUSTA!
6. El análisis y la intervención sobre agregados sociales como problema
inicial de la sociología. ¡ME GUSTA!
7. Los pueblos más civilizados, la Europa moderna. Procesos civilizatorios
culminando en la familia conyugal, resultante de la contracción de la familia
paterna, según Marcel Mauss, a la familia germánica a contracorriente de la
figura de la patria potestad de la familia romana. ¡NO ME GUSTA!
8. El paradigma de la sociedad matrimonial como apogeo del desarrollo
civilizatorio. ¡NO ME GUSTA!
9. El concepto que anuda de forma ciertamente arbitraria o peculiar el abanico
de campos que los escritos de Durkheim ofrecen, plantean recurrentemente
pensar la cuestión de la autoridad, noción que se desplaza a lo largo de la
obra y que adquiere una funcionalidad vital en el tratamiento de la familia,
asociada a la figura del pater y del Estado. ¡NO ME GUSTA… NADA!
El problema no es solo de matriz cognitiva. La relevancia de las prácticas sociales
y familiares es central porque permite la acción común. Probablemente, todos los
ángulos de interpretación puedan pensarse en torno a la heterogeneidad de una crisis
que no dudamos en identificarla como de índole cultural. Y como un antídoto a tanta
hibridez teórica. El conjunto de argumentos escépticos en la mirada sobre lo social y el
curso de los acontecimientos, dan un papel central a la familia, justamente allí donde
la desigualdad encuentra su persistencia inevitable. Sus opciones, prácticas y estrategias, deben dilucidarse a la luz de un nuevo modelo de análisis social en el marco de
un horizonte de dos parámetros extremos: la familia como actora del cambio social y
la familia como rueda de auxilio de una sociedad oligárquica de riquezas heredadas.
Primera Parte: Conferencias magistrales
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En la última década, la discusión sobre la equidad y la desigualdad ocupó un
lugar inusual en el debate público. La utilización de nueva información y metodologías ha posibilitado recoger nuevas evidencias y visualizar mejor la magnitud del
problema, sus múltiples dimensiones y las limitaciones con que se estaba analizando previamente. Profundizar el análisis de la desigualdad con nuevos estudios que
mejoren la información existente incorporando nuevas herramientas de análisis,
como ajustes por sub-declaración de ingresos o datos de declaraciones juradas de
impuestos, es una agenda de investigación de mayor relevancia para nuestra región
(Jiménez, 2017: 3 y ss.). Más allá de la evolución reciente, América Latina continúa siendo una de las regiones más desiguales del planeta. La alta concentración
del ingreso y de la riqueza en pocas familias aparece como una marca distintiva,
aunque aún son escasos los avances que permiten su análisis riguroso y la comparación con otras regiones. En términos generales, los estudios distributivos suelen
centrarse en la distribución del ingreso o del consumo. En América Latina, la tradición ha sido el análisis del ingreso, que es la variable usualmente recolectada en las
encuestas de hogares de la región (Cicerchia, 1998b: Capítulo VI).
Tanto el ingreso como el consumo reflejan flujos de recursos, y eso entraña
diversas limitaciones. Es por ello que se sugiere que la riqueza es probablemente
un mejor indicador del acceso a recursos que tienen los hogares, ya que incluye
la consideración de los activos financieros y no financieros que pueden transarse
en el mercado. Los estudios señalan que la distribución de la riqueza es considerablemente más desigual que la de los ingresos, si bien estas estadísticas son casi
inexistentes para América Latina. Avanzar hacia la recolección de información sobre riqueza en la región es, por tanto, una agenda pendiente, que puede contribuir
en gran medida a la discusión sobre la factibilidad y los márgenes para implementar políticas tributarias con mayor grado de progresividad, incluyendo la consideración de la imposición al capital y a las herencias.
Como observamos la cuestión del Estado de bienestar se articula con la idea de
ciudadanía, otro de los conceptos que deben imbuir al estudio de las formas familiares con la convicción que de vínculo social, familiar y cívico, es la mejor forma
de demarcar lo público y lo privado en torno a la ampliación de los derechos de la
sociedad civil. El único papel genuino de la política sería entonces la reformulación
del contrato social, no solamente en la conquista de derechos sino en hacerlos vivir
como derechos reales.
Todo ha sido transitado, entre éxitos y fracasos, en particular por el lugar de segundo orden de nuestras voces en la lucha por los sentidos de las formas familiares,
y estamos algo quietos ante las nuevas realidades. Ciertamente cómo presentir los
grandes problemas contemporáneos y desarrollar métodos y análisis descriptivos
innovadores. Con el imperio de las leyes del mercado, la globalización, la retirada
del estado de bienestar, una sociedad desalariada, y la desigualdad social y regional, y sobre todo la abolición de nuestra interlocución en el debate social, el desafío
sigue siendo encontrar un conjunto de conceptos y técnicas de investigación, continuando el combate contra el funcionalismo, destinados a facilitar la descripción e
interpretación sistemática de los componentes semánticos y formales de todo tipo
30
El estudio de las formas familiares en el nuevo milenio
de procesos sociales, y la formulación de inferencias válidas acerca de la información reunida: un modelo nuevo hoy ausente.
Aquí, ante los límites analíticos actuales, se impone una renovación en el entendimiento de los regímenes de historicidad que gobiernan los nuevos fenómenos en
todas sus variables sociales. Existe una dificultad notoria en definir características
comunes de un sistema cultural en virtud de que los referentes que la alimentan son
tan dispares que llegarían a tesis contradictorias. Sí podemos, además de ponderar
los niveles estructurales de la economía y las dinámicas poblacionales, marcar la
importancia de tres giros que han orientado la práctica investigadora en esa dirección: el giro lingüístico –construcción de sentido ligada a un funcionamiento
lingüístico en las construcciones discursivas; giro hacia adentro –exploración de
las sensibilidades e imaginarios; y giro hacia el otro cultural en su sentido antropológico y simbólico. Pensamos en una teoría social de la cultura ocupándose en
las respuestas y contenidos de los agentes sociales, situando su producción, consumo, formas de difusión, redefiniendo sus propios objetos y métodos sobre pautas
lingüísticas y etnográficas, instrumentando formas más descriptivas y prácticas,
y cincelando un aparato representacional de carácter interpretativo, hasta culminar en una supremacía cultural de lo social. Este abrupto paisaje contemporáneo,
donde se podrían dar muchos más testimonios de la erosión de los lazos sociales,
debería disponer de una teoría del sujeto y de las posibilidades de promover un tipo
revulsivo de praxis. Se trata de pensar en un orden simbólico que habilite lo común
inapropiable. Enorme tarea, única base de legitimidad para una intervención comprometida, ética y humanística.
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