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Historia Octubre 20, 2022

Cómo un Grupo Activista de Brooklyn Está Empoderando a las Trabajadoras de la Limpieza Latinas

Autor(a):
women meet
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The activism of women of Latin American origin who work in the cleaning industry in New York is...

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Vídeo producido por Elisa Agosto, becaria de periodismo del 2022 Guttman Community College.

Transcripción

Historias de explotación laboral ocurren día a día en la ciudad de Nueva York contra mujeres indocumentadas, muchas de ellas latinas.

Algunas historias involucran jornadas laborales largas y pesadas por un salario bajo o, a veces, incluso sin pago.

Así lo indicaron empleadas entrevistadas en Brooklyn, quienes se abstienen de presentar denuncias formales por temor a represalias.

Durante años, todas las mañanas, mujeres se reúnen para buscar trabajo en “La Parada”, en la esquina de las calles Marcy y Division, en Williamsburg, Brooklyn.

Su objetivo es ser contratadas para ir a limpiar una casa u oficina del vecindario, muchas veces se conforman con recibir entre 8 y 12-dólares-por-hora, a pesar de que el salario mínimo en el estado de Nueva York es de 15 dólares la hora.

A primera vista, son mujeres tímidas, pero su condición laboral ha ido mejorando. Este cambio ha sido influenciado, entre otros factores, por Workers Justice Project, una organización sin fines de lucro también conocida como Liberty Cleaners.

Un grupo de mujeres dejó de ir a “La Parada” y ahora se reúne cerca de la calle Broadway número 365 en las oficinas de la organización.

Allí reciben capacitación en diferentes áreas, como acerca de su derecho a recibir 15-dólares-por-hora, según establece el Departamento de Trabajo del Estado de Nueva York, sin importar el estatus migratorio.

En las oficinas, las activistas distribuyen un cuadernillo de bolsillo llamado “Guía para mejorar las condiciones de trabajo de las personas en la limpieza” que dice: “¡Cobra por tu trabajo! Si no te pagan, comunícate con el centro de trabajadores de tu localidad o con el Departamento de Trabajo del Estado de Nueva York al teléfono 1-888-469-7365.”

La creación de esta comunidad ha ido empoderando a las trabajadoras de limpieza. Un ejemplo de esto es Elidia Pérez Lucero, de México, quien recordó que trabajó en un hotel sin recibir salario.

Como es indocumentada, por miedo a ser deportada, no había denunciado a sus jefes. Sin embargo, en 2018 alguien le habló de Liberty Cleaners y fue a buscar ayuda.

“Yo llegué a este lugar por un robo de salario. Estaba trabajando en un hotel, en el cual no me querían pagar por ser indocumentada. Me hablaron de la organización, acudí y obtuve mi cheque”, recordó Elidia Pérez con orgullo.

“Aquí fue donde yo he aprendido a defenderme, a perderle miedo al trabajador, a tratar de conseguir un mejor salario”, añadió.

Según un informe de mayo de 2021 de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., hay 33.630 personas que trabajan como “sirvientas” y “amas de llaves” en el área metropolitana de la ciudad de Nueva York.

Uno de los objetivos que buscan los centros de formación como Liberty Cleaners es quitarles el estigma de llamarlas “trabajadoras domésticas”.

En cambio, estas mujeres luchan por ser conocidas como empleadas de limpieza para dignificar su trabajo.

En este centro, además de aprender sobre sus derechos laborales, las mujeres toman clases de inglés dos veces por semana donde practican el vocabulario básico para comunicarse con los empleadores.

El centro también ofrece un curso para aprender a elaborar productos ecológicos y no tóxicos, como una pasta de limpieza hecha por ellas para reemplazar los limpiadores químicos dañinos que se usan regularmente en la industria.

El grupo ha ido creciendo, actualmente atiende a un promedio de 50 mujeres cada mes, principalmente de origen latinoamericano que viven en Brooklyn o Queens, según María Valdez, directora de Liberty Cleaners, quien señaló que se necesita visibilizar más el movimiento para que otras mujeres aprendan que tienen derechos y que pueden exigir mejores condiciones laborales.

“A todas las mujeres que trabajan en la industria de limpieza, las invitaría a que se den la oportunidad de acercarse a nuestro grupo, a nuestra organización, al grupo de Liberty Cleaners, informarse de cuáles son sus derechos, al igual de saber que el trabajo que vienen haciendo, es un trabajo esencial, es una profesión que la vienen haciendo y darle valor”, dijo María Valdez.

Las mujeres pagan una membresía anual de 50 dólares para recibir cursos de limpieza y de inglés, así como talleres de pintura y otras artes. También reciben capacitación tecnológica para ser contratadas por los empleadores a través de aplicaciones móviles.

Las empleadas han estado formando una comunidad que busca empoderarse y dignificarse, especialmente después de que fueron esenciales durante la pandemia de COVID, cuando no pudieron buscar apoyo del gobierno federal.

Durante una ceremonia en julio de este año en las oficinas de Workers Justice Project en Brooklyn, las empleadas recibieron un diploma por sus esfuerzos de manos de la Senadora del Estado de Nueva York Julia Salazar, quien representa al Distrito 18 que incluye a Williamsburg.

El discurso de la Senadora Salazar a las mujeres fue interpretado por Hildalyn Colon Hernandez, directora de políticas y alianzas estratégicas del centro. Colon Hernández dijo:

“Ella [la senadora Salazar] dice que lo que están haciendo ustedes como grupo, es un esfuerzo no solo individual sino también colectivo, que están cambiando el mundo”.

Salazar recordó que durante la pandemia los senadores estatales lograron destinar recursos estatales a organizaciones que apoyan a grupos de empleados que carecen de prestaciones gubernamentales, aunque admitió que se necesitan más recursos.

“El año pasado en 2021, por ejemplo, a nivel estatal en el presupuesto del Estado creamos el fondo de trabajadores excluidos para asegurarnos de que los trabajadores, particularmente los indocumentados o que trabajaban en la economía informal que fueron excluidos de los beneficios de desempleo u otros beneficios durante la pandemia, que en realidad recibieran los beneficios del Estado aquí en Nueva York”, dijo la senadora.

Otro de los objetivos, agregó, es dar visibilidad a los derechos de las trabajadoras de limpieza y empleados en general de otras industrias de servicios que siguen siendo víctimas de explotación y discriminación por desconocer sus derechos o por no tener voz en el Congreso.

El Workers Justice Project firmó un convenio con la State University of New York a través del cual las trabajadoras reciben capacitación en tecnología respecto a cómo utilizar aplicaciones para recibir el pago de su empleador o para aprender a usar instrumentos en los hogares donde laboran.

Juana Camacho, quien lleva ocho años yendo a “La Parada” dijo del centro:

“Estoy aprendiendo con los talleres que dan, con los talleres de inglés, cómo desenvolverme, cómo usar la tecnología que ahora está avanzada, como mandar un correo electrónico”.

Otra empleada de limpieza que ha visto avances es Merced Aguilar, originaria de México, quien expresó:

“Tengo ocho años trabajando en la industria de la limpieza y pues para mí cuando yo no conocía el Proyecto de Justicia Laboral mis condiciones no eran muy buenas. Yo fui tomando entrenamientos, fui tomando un curso de inglés, fue capacitándome y llegamos a formar un grupo, un grupo que es Liberty Cleaners y nos reunimos el primer lunes de cada mes para mejorar las condiciones laborales y tener un mejor salario”, comenta la originaria de México.

Este movimiento ha ido ganando fuerza. Como van creando comunidad, las trabajadoras de limpieza han ido asumiendo una conciencia política para movilizar sus voces, dice la doctora Lara Alonso, quien investigó el empoderamiento de este grupo de mujeres como parte de su tesis doctoral en el Graduate Center de la City University of New York.

“Lo que estudié en mi tesis es cómo un grupo de personas llega a verse como una comunidad y luego qué hace para no solo ser una comunidad sino convertirse en un sujeto político, un sujeto político que moviliza su voz para luchar políticamente para sus propios objetivos”, dijo Alonso.

La lucha de estas mujeres por dignificar su trabajo y lograr la justicia laboral ha ganado terreno, pero se necesita más visibilidad para que otras mujeres también se unan a reclamar sus derechos.

Como dicen las empleadas de limpieza, la lucha continúa.

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