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Carlos Fuente, “No hay cariño tan fuerte, no hay una sonrisa tan bella, no hay un abrazo más sincero que el del dominicano”

Su impronta en la industria tabacalera es tan inmensa, como su sensibilidad. El aroma del tabaco y la textura de sus hojas corren por sus venas, como corren las lágrimas al hablar de su legado familiar.

fotos Cortesía Arturo Fuente Cigars agradecimientos Ciro Cascella

En esta ocasión, nos adentramos en la historia y los sentimientos del magnate de la industria tabacalera, Carlos Fuente, Carlito como también es conocido, quien ha hecho del puro dominicano un producto de lujo, que pasea por el mundo su extraordinaria calidad. Con mucha emotividad nos narra el inicio de su amor por el tabaco de la mano de su abuelo Arturo y su padre Carlos Fuente, en su natal Cuba, rubro que un buen día le trajo al país, siendo conquistado por las palmeras y las condiciones excepcionales del suelo dominicano para la producción de tabaco.

La República Dominicana ha acogido al afamado empresario tabacalero, a quien recientemente le fue otorgada la nacionalidad dominicana. Además de contribuir con el posicionamiento del país como destino mundial del tabaco, con su fundación ha impactado, a través de la enseñanza, la vida de niños y jóvenes que viven en condiciones de vulnerabilidad.

“Para mí, el orgullo y la satisfacción fue recibir inesperadamente esa sorpresa, de parte del presidente Luis Abinader de reconocer a este humilde tabaquero otorgándole la nacionalidad dominicana”.

Ritmo Social: No podemos iniciar esta conversación sin situarnos en su infancia. ¿Cómo fue la infancia de Carlos Fuente?
Carlos fuente:

Mi infancia fue un mundo lleno de amor, rodeado de muchas personas, nunca supe quiénes eran verdaderamente mis tíos, tías, padrinos. Me enseñaron que todos eran familia, y lo que recuerdo siempre es una casita de madera con techo de zinc, con gallos de pelea y gallinas, con matas de mango y aguacates, con muchas plantas de crotos. Siempre lleno de gente y alrededor del mundo de un buen tabaco. Todo era amor; yo no considero que había conflicto. Eran los momentos más felices de mi vida.

RS: ¿Qué ha significado para usted su abuelo Arturo Fuente?
CF:

Mi abuelo Arturo Fuente fue todo para mí. Estuve con él desde que despertaba hasta que me llevaba a la cama todas las noches, y debajo de las sábanas me hacía una casa de campaña, donde me narraba cuentos con una enseñanza. Recuerdo perfectamente sus cuentos, en los que me hablaba de Cuba: “Que algún día cuando yo pueda volver a Cuba, quiero ver el cielo más azul, quiero ver las estrellas con más brillo, que todo en Cuba fuera más grande y mejor”. Me crie con eso en la mente. Mi abuelo fue quien me crio prácticamente, porque le llevaba 46 años a mi papá, y ya estaba semiretirado.

Mi papá era el que hacía todos los trabajos y todo el esfuerzo, y como trabajaba de 19 a 20 horas, todos los días, yo siempre estuve con mi abuelo alrededor del tabaco. Me llevaba de mano siempre a todos los sitios hasta para entregar una caja de tabaco; siempre andábamos juntos. Mi abuelo Arturo, para mí, fue la persona que yo más amé en la vida. Tuve la suerte de tenerlo hasta los 18 años, pero a través del tiempo me di cuenta que el amor hacia mi padre era mucho más grande.

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Photo by Chris Weeks/WireImage

RS: ¿Qué lecciones de vida inculcadas por sus padres usted atesora?

CF: Todas, absolutamente todas. Siempre he dicho que ha sido mi sueño seguir los pasos de mi papá, porque reconozco que es imposible llenar sus zapatos. Un hombre de bien, de trabajo, de integridad, de familia; muy sencillo y humilde, pero con un poder que lo demostró siempre, que nada era imposible. Por lo que más reconozco a mi padre, de verdad, es por el amor que él siempre tenía para todos, fue el núcleo de la familia.

El más joven de los hermanos, el más pequeño de estatura, pero su hermana mayor siempre dijo, que su hermanito Carlito, como le llamamos a mi padre, era como un buey, le montaron una carreta atrás y la familia entera, él los haló, los llevó y los cuidó. Cuando digo la familia entera, me refiero a hermanos, sobrinos, nietos, todo el mundo. Mi padre fue ese buey, de casualidad, su símbolo: ese toro, un tolete de toro, de ser humano.

RS: ¿Cómo se integra su hermana Cynthia Fuente al sector tabacalero?

CF: Mi hermana Cynthia, al igual que yo, nació en eso. Desde la clínica la llevaron a la fábrica porque siempre era donde vivíamos, fue parte de la casa de mi abuelo. Luego de transcurrir muchos años, ellos hicieron su propia casa y la fábrica creció tanto, que mi padre tuvo que buscar un edificio solamente para la producción de los puros, y Cinthya se crio en eso igual. Esa es su vida, y hasta hoy sigue enamorada del tabaco, enamorada de toda la gente que ha conocido por el tabaco. Es considerada por todos, la primera dama de la industria del tabaco.

RS: ¿Cuáles han sido algunas dificultades que su familia ha tenido que enfrentar?

CF: Yo siempre he oído que la historia de mi familia ha sido larga, que han tenido mucho que pasar y sobrepasar, comenzando con el fuego en 1924, que destruyó la fábrica entera de mi abuelo. Eso sucedió durante un viaje que hizo a Cuba a inspeccionar las cosechas y preparar embarques para enviar a Tampa; lo llamaron para informarle que lo había perdido todo. Mi abuelo era un hombre de mucho orgullo, de mucho principio y prestigio, y rechazó la posibilidad de reclamar bancarrota. Fue a todas las entidades financieras que les debía y les dijo que le daba su palabra, que pagaría cada centavo. Le tomó muchos años, pero llegó a pagar todos los centavos. Tenía muchas propiedades en ese entonces, y se quedó sin nada. Por su conocimiento del tabaco, era considerado uno de los mejores tabaqueros de su época.

Siguió trabajando poco a poco y comenzó de nuevo atrás de la casa.
Hemos tenido que enfrentar muchas cosas, pero esta vez, el obstáculo más grande que amenazó la industria entera fue el embargo económico de los Estados Unidos contra Cuba, que hizo imposible traer la materia primara para hacer los tabacos. Imagínate, el 100% de la producción era con hojas cosechadas en Cuba. Fue una época de una transición muy grande en la industria del tabaco. En esos años muchas de las empresas grandes decidieron salir del negocio, vender sus compañías o sus marcas; pensaban que era imposible continuar, porque no existía una alternativa. En ese entonces, muchas de las familias tradicionales salieron de Cuba obligadas, pues lo primero que hizo el gobierno cubano fue confiscar todas las propiedades de las industrias más importantes de Cuba, que incluía el azúcar, el ron y el tabaco. Y muchas de esas familias fueron a países cercanos en el Caribe. Los tabaqueros se fueron para Centroamérica. República Dominicana en ese entonces estaba en una situación donde había problemas, había un cambio de gobierno, el presidente Trujillo fue asesinado, y había una transición muy difícil.

República Dominicana no desarrolló en ese momento, sino Centroamérica: Honduras y Nicaragua, y ahí comenzó de nuevo la tradición, la cultura, la enseñanza de la siembra del tabaco. Después, en poco tiempo, la República Dominicana comenzó con el proyecto en el Instituto del Tabaco con Napoleón Padilla y el señor presidente Hipólito Mejía. Es ahí, donde los cubanos llegan a la República Dominicana. Pero siempre hemos tenido huracanes, hemos perdido propiedades, fuegos, obstáculos, cosas increíbles, pero la experiencia me ha enseñado que son cosas esperadas, y hay que enfrentarlas, sobrepasarlas, aprovecharlas, crecer y seguir adelante. Todo lo que parece mala suerte puede convertirse en una fortuna, en algo positivo.

RS: En el mes de mayo contrajo matrimonio su hija Lidiana Fuente, en una hermosa y romántica ceremonia en New México. Evoquemos el momento… ¿Qué emociones embargaron su corazón de papá, al llevarla de su brazo al altar?

CF: Increíble, al recordar ese momento se me hace difícil hablar. Primero, yo estoy tan feliz al ver mi hija feliz. Un padre no puede esperar más que ver sus hijos felices. Esos son momentos que todavía cuando veo una foto o veo parte de un video me emociono y no puedo seguir viendo, es algo que jamás voy a olvidar en la vida. Estar alrededor de tanta gente importante en nuestras vidas, que nos ha dado tanto amor, celebrar tan lejos en un lugar donde nunca estuve, y ver la cantidad de gente que fueron desde Santo Domingo, Santiago, desde la República Dominicana, a celebrar con nosotros, eso demuestra lo que tanta gente dice: “No hay cariño tan fuerte, no hay una sonrisa tan bella, no hay un abrazo más sincero que el del dominicano”.

RS: Cuéntenos sobre su llegada a la República Dominicana. ¿Cómo se enamora del país?

CF: Al inicio de la entrevista empiezo hablando de los momentos de mi infancia con mi abuelo; en esa etapa yo siempre vi una foto o imagen en la pared, un cuadro, que era un pasillo, una calle, un camino lleno de palmas reales como guardia en un largo camino; palmas de ambos lados, eso nunca lo vi en la Florida, y mi abuelo decía: “Ahí es donde yo nací”. En septiembre de 1974, tomé un crucero; fue la primera vez que salí de los Estados Unidos. El primer puerto de llegada fue Puerto Plata. Recuerdo el sonido al llegar, era un día nublado, el sol apenas estaba saliendo, y fui a lo más alto del barco, y según esa neblina fue subiendo, vi esas montañas, esas lomas que solamente las veía en fotos. En ellas vi la casa de mi abuelo, ya él había fallecido un año antes; en ese momento yo recuperé o sentí el amor de él.

RS: Recientemente, el presidente Luis Abinader le concedió la nacionalidad dominicana. ¿Cómo se siente de ser dominicano?

CF: Realmente, yo siempre me sentí dominicano. Cuando mi familia se traslada a la República Dominicana no llegamos como embajadores a una embajada, sin saber dónde íbamos en el futuro, nosotros llegamos para vivir, compartir y desarrollar. Somos dominicanos. Para mí, el orgullo y la satisfacción fue recibir inesperadamente esa sorpresa, que ese gran líder y señor tomó su tiempo para reconocer a este humilde tabaquero. No es que yo no lo merezca, pero es algo tan grande para mí, que no hay otro premio, otro reconocimiento que pueda significar más que recibir ese manto tricolor del dominicano, el güiro y la tambora, la caña, las palmeras y el mar. ¡Gracias señor presidente!

“Ciro Cascella es un hijo más. Desde los 17 años está a nuestro lado, su familia es mi familia. Ciro es el nuevo líder de Tabacalera A. Fuente & Compañía.”

RS: Coméntenos, ¿Qué significa para usted la Fundación Cigar Family, y cómo surge la idea?

CF: La Fundación Cigar Family es algo que nace orgánicamente. Yo creo más que nada dónde y cómo fui criado, cómo fue el principio de mis días, nacido en una comunidad de muchas personas humildes, pero recuerdo que si alguien por casualidad se enfermaba, la casa se llenaba de gente. Entonces, es algo que nace en uno, y lo vi en la fábrica, lo vi en la forma en que compartimos con el personal, la misma forma como me criaron, que no había diferencia entre un tío y un vecino. La palabra empleado no existe en mi vocabulario, es parte de una familia.

Y al llegar a esa zona en busca de un sueño de sembrar una hoja, para demostrar al mundo que República Dominicana sí puede, y no había una razón, ni tenía la fama que se podía cosechar una capa, la hoja más importante de un puro en el país, cuando todos los países alrededor del Caribe sembraban capas. Llegar a esta zona y ver a los niños buscando trabajo, como dicen en República Dominicana: echar día, con edades entre 6 y 8 años, los padres presionándonos que le demos trabajo, diciendo que si sus hijos no trabajan no comen. Esa situación me hizo recordar cómo nos criamos y cuál es nuestra responsabilidad de ayudar, de extenderle la mano. Así nace la idea.

Es un sueño, pero se ha convertido en una realidad, sino fuera por la búsqueda de una hoja, no existiera Cigar Family. No hubiera ocurrido ese cambio, no de jóvenes, sino de una comunidad completa, que era conocida como la zona más violenta de la República Dominicana. Los criminales se escondían porque no había autoridad, había huelgas constantemente. Eso ha cambiado, porque se ha demostrado que, con amor, con perseverancia, con cariño, se puede cambiar el mundo de un niño a la vez. La fundación tiene 20 años de creada, ha graduado más de 500 estudiantes de bachiller, además tenemos un politécnico que ofrece educación a más de 500 niños anualmente. De esos niños, han obtenido el título de universidad más de un 60%, el otro restante está cursando ahora mismo la universidad.

El centro cuenta con un politécnico nuevo, donde se imparte Enfermería y Técnico en Computadora. Hemos realizado dos graduaciones: de 27 niños la primera y 29 la segunda. Este año se gradúa el tercera grupo. Tenemos en proyecto un gran centro, que se llama The Cigar Family Academy of Art. Dentro del proyecto tenemos pensado crear en la fundación un espacio donde se pueda enseñar artes marciales, danza, música, teatro, periodismo, donde se pueda dar la oportunidad a los niños de ser locutores y tener una estación de radio para la comunidad. Destacar la gran cantidad de premios que han ganado los niños en la fundación: en Matemáticas, Ciencias Naturales, en Español, en Inglés, en Arte. Hemos sido reconocidos por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, algo que nos llena de orgullo a todos.

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“Yo siempre he oído que la historia de mi familia ha sido larga, que han tenido mucho que pasar y sobrepasar, comenzando con el fuego en 1924, que destruyó la fábrica entera de mi abuelo.”

RS: ¿Cuál entiende usted que ha sido su gran sello impregnado a la industria tabacalera?

CF: Yo nací en el 1954, y fue una época muy difícil para las familias cubanas, viviendo fuera de Cuba, y lógicamente dentro de Cuba. Al llegar la revolución, la industria del tabaco parecía que se iba a desvanecer. Era una época dura, yo recuerdo la forma en que hablaban de la sagrada hoja del tabaco: mis abuelos, mis tíos, mis padrinos, era tema de conversación en la mañana y tarde en la noche. Durante esa época yo me di cuenta que el tabaco era un commodity, los anillos, las vitolas, muchos eran de color marrón con blanco o cremas, también rojo con blanco, rojo y dorado, pero muy sencillos. Yo, tan enamorado de la industria, empecé a estudiar la historia, empecé a encontrar etiquetas, obras de arte magníficas, donde una persona ciega puede empezar a tocar y sentir cada detalle, de relieve del logo, los colores, parecían obras de arte que uno ve en el Louvre de Francia o en el Prado de España. Todo eso se había perdido en la industria; las cajas no eran de madera, eran de cartón, tratando de economizar. Mi gran aporte, indiscutiblemente, ha sido que un commodity, por el amor a la hoja, por la enseñanza y la experiencia que yo viví desde niño, se convirtiera en un producto de lujo. Yo me siento satisfecho, lo reservo dentro de mí, lo reconozco que fui yo, Carlito Fuente, un humilde Tabaquero nacido en una casita de madera con techo de zinc, que transformó la industria de puros, de un commodity a un producto de lujo, buscado en el mundo entero, que ha tenido tanto impacto para nuestro país, la República Dominicana como una marca país. ¿Qué más puede un ser humano esperar lograr en la vida? Yo le doy gracias a Dios por darme ese privilegio.

RS: ¿Qué significa para usted el empresario Ciro Cascella?

CF: Es mi mejor amigo, es mi hermano, es mi compadre y es mi socio. Ciro es un hijo más. Desde los 17 años está a nuestro lado, su familia es mi familia, su señora es mi hermana, sus hijos son mis sobrinos, mis ahijados, igual que mis hijos son ahijados de él. Ciro Cascella es el nuevo líder de Tabacalera A. Fuente & Compañía.

CONFESIONES INTIMAS

CHATEAU DE LA FUENTE SIGNIFICA: El nacimiento de un sueño
UN CIGARRO: Amor
UN DESTILADO PARA MARIDAR: El ron
UN AROMA: El tabaco
UN MOMENTO PARA FUMAR: Todos
UNA HORA:12:00 a. m.
UN LUGAR: La fábrica
PLATO PREFERIDO: Frijoles negros
UNA CANCIÓN/ UN GÉNERO MUSICAL: “A mi manera”
UN AUTO: Autocicleta
UN DESTINO EN EL MUNDO: Mi casa.
SU FILOSOFÍA: Amar, amar y amar.
ATRIBUTOS DE UN BUEN CIGARRO: La mágica unión de amores y conversaciones
UNA BENDICIÓN: La vida
SUS HIJOS SON: Todo para mí
UN COLOR: Negro
UN NOMBRE:
Carlito
UNA ÉPOCA: Todas

Grisuleyda Guerrero
Grisuleyda Guerrero
Periodista, Locutora, Mercadóloga, Comunicación Estratégica y Relaciones Públicas. "Comunicar es mi pasión. Me encanta contar historias de seres humanos que construyen".
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