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Opinión

El gran acierto saharaui

Es un momento crítico y muy adecuado para una decisión tan audaz, como inteligente: hay que reconocérselo al presidente del gobierno, Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en una imagen de archivo. Moncloa

El Gobierno de España acaba de decidir sumarse al conjunto de países que apoyan la postura de Marruecos frente al Sahara. Lo hace tras el apoyo que otros grandes países del mundo, como Francia, EE.UU., y Alemania, han venido mostrando en los últimos meses.

No es una decisión política fácil para España, un país mucho más implicado en el Sahara, que un tiempo fue español, que cualquiera de los demás países que han intervenido ante esta situación.

Oportunidad del momento

Nuestro gobierno ha demostrado coraje y determinación al tomar esta importantísima decisión para nuestra política internacional, y nuestras relaciones de buena vecindad con nuestros “hermanos” del sur, y lo ha hecho en un momento estratégicamente tan difícil y controvertido, como oportuno, para hacerlo neutralizando los efectos adversos frente a Argelia de una decisión así.

En efecto, la guerra de Ucrania nos ha abierto una ventana de oportunidad frente a Argelia a quien se le está comprando la mayor cantidad de gas nunca imaginable por el colapso del suministro de gas de Rusia, minimizando por tanto su capacidad de reaccionar negativamente mediante eventuales represalias de suministro.

En estos momentos España compra gas a Argelia en cantidades ingentes, también y muy especialmente, para compartirlo con nuestros aliados europeos que no disponen de gaseoducto directo con Argelia. Es por tanto un momento crítico y muy adecuado para una decisión tan audaz, como inteligente: hay que reconocérselo al presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Hacerlo “por carta” y “comunicado oficial”, siguiendo el modelo del presidente alemán Steinmeier, y sin un debate parlamentario de cortesía, a priori es audaz y controvertido, pero representa un ejercicio efectivo de “real politik” sin el cual la decisión hubiera naufragado irremediablemente en el chapapote de la política local española, cada vez más provinciana y extremista.

Derecho al pataleo de Argelia

Las reacciones argelinas serán airadas y duras, pero no deberían pasar de un “derecho al pataleo” sonoro y ácido, que difícilmente podría traducirse en sanciones de suministro de gas a España y Europa en estos momentos. La proximidad de Argelia a Rusia y China no podría explicitarse ahora con represalias gasistas a Europa, porque la dejaría en una posición de aislamiento y empobrecimiento insoportable para un país de cuarenta y cinco millones de habitantes que vive fundamentalmente de la energía.

Apoyo europeo

Estamos ante una gran noticia, no solo para la relación bilateral entre España y Marruecos, si no frente a la confirmación de un partenariado estratégico entre la Unión Europea y nuestro vecino del sur, dado que con los dos grandes países europeos más implicados en el territorio, Francia y España, alineados con las tesis de Marruecos, parecería más posible una decisión de la Comisión Europea en favor de la consolidación del Sahara como región autónoma integrada en el Reino de Marruecos. Ello una vez superadas las consecuencias inmediatas de las sanciones por la guerra de Ucrania.

Se puede afirmar sin duda ninguna que el progreso del territorio y de sus ciudadanos ha sido espectacular

En la situación actual y tras diversos años del estatuto de autonomía del Sahara integrado en Marruecos, se puede afirmar sin duda ninguna que el progreso del territorio y de sus ciudadanos ha sido espectacular y ello gracias a los esfuerzos de organización, tutela e inversión del gobierno marroquí, y de S.M. el Rey Mohamed VI.

El Sahara más próspero

Los que hemos tenido la oportunidad de interactuar con Marruecos y sus realidades en los últimos treinta años, hemos podido constatar día a día los efectos positivos de la política integradora del Sáhara en Marruecos, y no lo contrario, como se empeñan muchos en demostrar desde el desconocimiento o un conocimiento superficial de “viajes de fin de semana” para hacerse fotos y propaganda en sus países de origen, en una supuesta defensa de los derechos de un pueblo saharaui “oprimido”, que en la realidad está cada vez más contento y feliz de su convivencia institucional con el Reino de Marruecos.

Estamos de enhorabuena, pues a partir de ahora, las relaciones de Marruecos con España, y con Europa, darán un salto cualitativo espectacular, que habrá de redundar de manera nítida en la mejora de nuestra seguridad mutua y nuestro desarrollo económico y social compartido.

Baluarte antiterrorista

Conviene resaltar que Marruecos representa para España y para la comunidad internacional el único baluarte fiable contra el terrorismo islamista, y son sus servicios de información los únicos del mundo árabe que nos proveen de alertas y conocimientos útiles para prevenir y protegernos de esa lacra. Justo es reconocer los enormes riesgos que ello implica para Marruecos que también ha sufrido en sus carnes las más lacerantes represalias de atentados terroristas, baste recordar los de la Casa de España en Casablanca y la plaza principal de Marraquech.

Marruecos representa para España y para la comunidad internacional el único baluarte fiable contra el terrorismo islamista

Otro elemento esencial poco conocido en España y en Europa, es el papel del liderazgo que Marruecos ha desarrollado en el ultima década en el norte y centro de África, con una presencia enormemente activa en un buen numero de países con los que está generando unos flujos financieros y comerciales extraordinarios, Túnez, Egipto, Mauritania, Mali, Gabón, Senegal, Guinea, Costa de Marfil, Benín, Camerún, Chad, y Ruanda.

Liderazgo africano

Marruecos es sin duda, y mal que le pese a Argelia, el país referente en desarrollo institucional, modernidad y crecimiento económico en el centro y norte del continente africano, lo que le da un peso especifico incontestable en las relaciones entre África y Europa.

Marruecos es así mismo el único país de África que ha sido capaz de consolidar unas relaciones privilegiadas de alianza estratégica con los EE.UU. y con China, siendo por tanto el único crisol de las relaciones internacionales más estables y prometedoras del continente africano: un aliado imprescindible e insustituible.

Garantías migratorias

El presidente Sánchez acierta plenamente con esta apuesta por todas las razones mencionadas, a las que añado por ultimo la lucha contra la inmigración clandestina, materia en la que nuestras plazas de Ceuta y Melilla están expuestas a especial cuidado y consideración.

La garantía de una paz duradera entre España y Marruecos no solo es una noticia fabulosa para Ceuta y Melilla, si no para el conjunto de la UE en el dosier de la inmigración ilegal. Todo el mundo sabe que el papel de Marruecos en ello no solo es determinante en el presente, sino esencial para el desarrollo de una política migratoria común de la unión con respecto al conjunto de África, algo en lo que los ciudadanos europeos nos jugamos muchísimo.

Desarrollo económico compartido

Dejo para el final las consideraciones estratégicas, económicas y financieras. Nadie en su sano juicio podría poner por detrás de los intereses del gas argelino la presencia de más de dos mil empresas españolas en Marruecos, y nuestra alianza estratégica más solida para la penetración de España y de la UE en África. Ello especialmente también teniendo en cuenta que España se ha convertido en una potencia mundial de las energías renovables, y que es el país europeo que más plantas de regasificación tiene en su territorio.

Nadie en su sano juicio podría poner por detrás de los intereses del gas argelino la presencia de más de dos mil empresas españolas en Marruecos

Tampoco parece sensato fiar nuestra seguridad y la de nuestros hijos a la nula colaboración de Argelia en la materia, quien actúa más bien en lo contrario, postergando al verdadero garante de nuestras libertades y modo de vida que el terrorismo fundamentalista trata de destruir.

Cuestión de Estado

Estamos pues ante una cuestión de Estado en la que sería muy deseable, por no decir imprescindible, un alineamiento de las fuerzas políticas constitucionalistas con la decisión del gobierno de España. Esperemos que por primera vez no se utilice esta cuestión para hacer política interior y partidista, poniendo faros largos en nuestras relaciones con Marruecos, y facilitando la mejor y más rápida implementación de las consecuencias de toda índole de la decisión tomada por nuestro gobierno. Confiemos en no ver al Partido Popular y a Podemos y los independentistas subidos en el mismo barco del oportunismo político.

Aldo Olcese (Tetuán, Marruecos, 1957) es doctor en Economía, experto en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y pionero en España en la defensa del capitalismo humanista. En su currículum, figuran condecoraciones otorgadas por Marruecos (Oficial de la Orden del Trono por Hassan II y Comendador de la Orden del Trono por Mohamed VI), así como la Gran Cruz del Mérito Civil de España.

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