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Siria, ataque químico

Bashar al Asad, presidente de Siria. LA PRENSA/AFP

Régimen Ortega Murillo celebra triunfo de Bashar Al-Ássad en Siria y envía felicitaciones

Fue electo presidente de Siria en el 2000; luego, reelegido en 2007 y, tras la aprobación de una nueva Constitución, en 2012, fue reelecto también en 2014. Ahora asumirá su cuarto mandato

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo felicitó, a través de una carta, al dictador sirio Bashar Háfez Al-Ássad, por su “triunfo” en las elecciones presidenciales celebradas el miércoles 26 de mayo en esa nación.

«En esta ocasión histórica de gloria, en nombre del pueblo y Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de la República de Nicaragua, y en nuestro propio nombre, deseamos expresar nuestras felicitaciones a usted, al pueblo y al Gobierno de la República Árabe Siria, por el triunfo alcanzado en las Elecciones Presidenciales en un festejo electoral con profesionalidad, transparencia y confianza», dice la misiva enviada al régimen sirio, firmada por Ortega y Murillo.

En esa comunicación, el régimen Ortega Murillo aprovechó para decirle al dictador que desea ratificar y reiterar su compromiso de fortalecer «los lazos de hermandad» que mantienen.

El gobernante sirio, acusado de masacrar a protestantes civiles durante la guerra de 2011, asumirá su cuarto mandato.

Fue electo presidente de Siria en el 2000; luego, reelegido en 2007 y, tras la aprobación de una nueva Constitución, en 2012, fue reelecto también en 2014.

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«Una vez más reconocemos la confianza depositada en usted, por el hermano valiente pueblo de Siria quien supo mantenerse firme demostrando al mundo su vocación de democracia y paz, ratificando su acertado liderazgo, así como las valiosas contribuciones realizadas por su Gobierno a favor de la paz, la estabilidad y el bienestar», continuó la pareja dictatorial de Nicaragua en su mensaje al dictador sirio.

ONU no reconoce elecciones

La Constitución de Siria establece que el periodo presidencial es de siete años. El mandatario Bashar al-Assad recibió el poder en el año 2000, tras la muerte de su padre Hafez Al-Ássad, quien a su vez gobernó el país 29 años con mano de hierro, desde 1971.

Medios internacionales han destacado que las elecciones presidenciales, de las que resultó ganador el régimen de Bashar Háfez Al-Ássad no son reconocidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y son rechazadas por la alianza opositora que vive en el exilio, puesto que esos comicios se llevaron a cabo en medio de una guerra que para la fecha había cobrado la vida de unas 150,000 personas.

Asimismo, los gobiernos de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia también cerraron filas y rechazaron dichas elecciones bajo el argumento de que las mismas no forman parte del proceso que la ONU promovió para solucionar el conflicto en Siria y porque, afirmaron, tenían un ganador cantado.

En la extensa lista de individuos, gobiernos y organizaciones, involucrados en violaciones a los derechos humanos, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en mayo de 2011 impuso sanciones contra el gobernante sirio. En la guerra en su país, se le ha señalado de usar armas químicas contra la población en un conflicto que en seis años, hasta 2017, había dejado entre 320,000 y 450,000 muertos, además de cinco millones de personas en el exilio.

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¿Quién es?

Asad fue reelegido para un mandato de siete años con el 95.1 por ciento de los votos, anunció el jueves el jefe del Parlamento.

Con su campaña bajo el lema “La esperanza mediante el trabajo”, Asad quiso erigirse en el único artífice de la reconstrucción que su país necesita desesperadamente.

Oftalmólogo formado en el Reino Unido, Bashar al Asad vio su destino cambiar con la muerte en un accidente de tránsito en Damasco, en 1994, del “delfín” Basel, su hermano mayor.

Entonces se vio obligado a abandonar Londres, donde conoció a su esposa Asma, una sirio-británica que trabajaba en la ‘City’ para JP Morgan.

Hizo un curso militar antes de iniciarse en asuntos políticos junto a su padre.

Tras la muerte de Hafez al Asad, en 2000, lo sucedió tras un referéndum y fue reelegido en 2007.

Entonces, con apenas 34 años, encarnó una figura reformadora, ágil para iniciar la liberalización económica y una relativa apertura política del país.

Comenzó inyectando una tímida dosis de libertad, pero la “Primavera de Damasco” fue de corta duración. Los opositores fueron rápidamente silenciados y encarcelados.

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En cuanto a una apertura económica, vio emerger una guardia próxima que acapararía la riqueza y, por lo tanto, se profundizaron las desigualdades sociales.

Cuando, en el marco de la Primavera Árabe, la revuelta explotó en su país en marzo de 2011, la reprimió sin piedad, provocando una militarización del levantamiento que se transformó en conflicto armado.

En más de diez años de guerra con un saldo provisional de más de 388,000 muertos, no ha hecho concesiones para compartir el poder, lo que confirma su áspero carácter.

Sin embargo, Bashar al Asad no se corresponde con la imagen tradicional del dictador. Muy raras veces con uniforme militar, prefiere los trajes bien cortados, las corbatas sobrias y parece más un alto ejecutivo.

Padre de dos varones y una niña, no cambió mucho sus hábitos cotidianos durante la guerra, de acuerdo a sus allegados. “A veces él mismo sigue las lecciones de sus hijos, e insiste en mantener una relación directa con ellos”, afirma un periodista que ha estado varias veces con él.

Gracias al apoyo de sus padrinos iraníes y rusos, logró recuperar dos tercios del territorio de su país.

A nivel interno, merced a su “perseverancia y rigor”, ha logrado “monopolizar los poderes de decisión y garantizar el apoyo absoluto del ejército”, explica un investigador en Damasco.

Actualmente intenta transmitir la imagen de un estadista moderno, trabajador y proyectado hacia el futuro.

Las fotos lo muestran trabajando en su oficina, o participando en una campaña de reforestación, así como visitando una fábrica o posando junto a soldados en el frente.

 

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