Copy
View this email in your browser
Share Share
Tweet Tweet
Forward Forward

La verdad sobre perseguir tus sueños

Últimamente he hablado mucho sobre atreverse, intentarlo, no tener miedo a fracasar y animarse a perseguir nuestros sueños porque nunca es tarde. Muy bonito todo. Ahora vamos con la verdad. O, mejor dicho, con un baño de realidad.

Me han propuesto volver a trabajar en la música. Y mi primera reacción ha sido: "No sé si quiero volver a todo eso". Pasé casi 7 años gestionando –al principio con una amiga y luego en solitario– una agencia de prensa para ayudar a músicos emergentes a dar sus primeros pasos en comunicación. Y hace ya dos años, por estas fechas, decidí echar el cierre. Estaba quemada. Trabajaba y trabajaba y cada vez parecían llegar menos resultados. La industria cambiaba constantemente y en esos años había ido apareciendo competencia que contaba con el punto a favor de moverse en una gran ciudad y tener además los amigos adecuados. Así que me cansé, me desencanté y salí de todo aquello. ¿Qué iba a hacer ahora?

Al principio pensaba en reorientar la empresa y utilizar mi experiencia en esos años para ayudar a músicos (o a quien lo necesitase) a organizarse porque cuando uno trabaja para sí mismo tiene que gestionarlo todo y siempre te faltan manos y horas. Creo que ahora lo llaman "asistente virtual". Pero me desinflé. Y es que hay algo de lo que se habla poco cuando sale todo este tema de vivir de tu pasión:

A todos nos parece muy bonito, liberador y demás trabajar para uno mismo, sin jefes y con tus horarios. Lo que no te dicen ni te repiten lo suficiente es que necesitas mucha energía, compromiso con tu proyecto y paciencia. Y yo en ese momento no tenía ninguna de esas tres cosas para embarcarme en todo lo que supone poner en pie una nueva idea. Había pasado 6 años encargándome de todo, es decir: trabajando y planificando campañas con los clientes, pero también llevando la administración, gestionando contenido para mantener mi presencia en redes y poniendo en marcha ideas para captar clientes, cultivando mi comunidad con una newsletter, acudiendo a conciertos y eventos profesionales, manteniendo la web y la marca, etc. Por supuesto, lo disfrutaba y conseguí hacerme un hueco, construirme una presencia en la industria. Pero, aún así... ¿De verdad quería volver a empezar?

A finales de ese año entré en un trabajo de oficina a media jornada y fue liberador. Después de tantos años por mi cuenta supuso un descanso mental que la responsabilidad del trabajo en cuestión recayese en otro y yo sólo tuviese que llegar, hacer lo mío, volver a casa y no preocuparme por nada más hasta el día siguiente que volviera a la oficina.

No quiero decir con esto que todo lo que te he contado en anteriores emails sea mentira ni mucho menos. Es muy valioso atreverse, no tenerle miedo al fracaso y saber que no es tarde para cambiar y hacer lo que siempre has querido. Pero también hay que tener presente que hace falta constancia, mucha. Y esto puede ser difícil de asumir viviendo en una sociedad de gratificación instantánea: queremos conseguir buenos resultados para ayer y triunfar en tres días. Emprender no es así.

Ahora mismo estoy leyendo un libro sobre este asunto. Se titula "Crushing it" ("Hazla en grande" en versión traducida) y en él Gary Vaynerchuk te cuenta cómo puedes construir tu propio negocio sobre una marca personal sólida, aprovechando las redes sociales y comparte historias y testimonios reales de muchos influencers que lo consiguieron.

Según Vaynerchuk, los siete principios en los que se tiene que basar un emprendedor que quiera vivir de su pasión son:

  • Propósito: saber por qué haces lo que haces. Es decir, si lo que quieres con tu proyecto es compartir valor, enseñar...
  • Autenticidad: es lo que se lleva en las redes sociales porque con internet ya no necesitas fingir para impresionar a nadie y engañar a tus clientes o seguidores sólo hará que tu marca se levante sobre cimientos débiles: una vez que los defraudas es muy difícil recuperar esa credibilidad, así que es mejor hacerlo bien desde el principio.
  • Pasión: si estás trabajando por lo que te gusta, demuéstralo porque, si no tienes pasión, no te metas en esto
  • Paciencia: porque no existe el éxito inmediato y pueden pasar incluso años antes de poder rentabilizar el tiempo invertido
  • Velocidad: implementa sistemas que te ayuden a hacer más fácil tu día a día, a que determinadas tareas se puedan realizar con cierta rapidez
  • Trabajo: trabajo y más trabajo, un principio que se define solo, ¿no?
  • Atención: no mires siempre hacia ti mismo y presta atención a las novedades y tendencias porque puede que mientras trabajas aparezcan herramientas o redes nuevas que ayuden a tu proyecto.

Estos son siete pilares, pero esos pilares se levantan sobre dos cimientos clave: tener un buen producto y crear buen contenido a su alrededor. Y te pongo 3 ejemplos de gente que me gusta mucho cómo lo hace:

Wilma Lorenzo: Wilma es su propia marca y la lleva con mucha naturalidad. Es periodista y fotógrafa y trabaja en diferentes ámbitos del mundo de la música: Ha acompañado en gira a Leiva, hace entrevistas en Sol Música, participa como invitada en programas musicales, ha hecho radio y podcasts, trabajado con marcas y festivales... Y de todo esto ha sacado varios libros. Yo la conocí cuando mi agencia empezaba: ella fue la primera que me pidió una entrevista al primer artista con el que trabajé. Desde entonces, se ha abierto su camino y es un referente en el mundillo. Personalmente, me encanta la estética de su instagram y, como decía al principio, la naturalidad con la que trabaja su marca.

Elena Sacoe es la personificación de los principios que comentaba antes. Ella te enseña a comunicar y vender online de forma creativa y con emoción. Se ha construido una marca muy definida: tiene un propósito claro, un público y mensaje definido, crea contenido en diferentes plataformas y aporta valor. Además, todo lo que hace lleva los colores y estilo de su marca y, lo más importante: tiene una voz propia. Cada vez que me cruzo con ella por redes me carga de energía y me dan ganas de hacer cosas, de ser mejor, digamos, en el entorno online.

Estudio Avellana: La especialidad de Sara es la organización. Si necesitas motivación, trucos e ideas de productividad y planificación su Estudio Avellana tiene todo lo que buscas: gestión del tiempo, creación de hábitos, un kit de bienvenida, productos imprimibles y hasta un curso. Al igual que Elena, tiene un estilo, colores y voz propia con los que la puedes identificar fácilmente. Claro que no es algo que haya conseguido en 2 días: desde 2015 lleva trabajando en sus contenidos y en crear su comunidad de avellanas o "avellanucas", como llama cariñosamente a sus seguidores.

En fin, que no viene mal recordar que conseguir lo que queremos también cuesta, que tenemos que invertir tiempo y trabajo. Y, por supuesto, estar dispuestos a ello porque la recompensa no es inmediata. También me parece importante hacer hincapie en algo: si vas a empezar a trabajar por aquello que quieres, no trabajes pensando en lo que hacen los demás. Las comparaciones no nos ayudan. Sobre todo porque la mayoría de las comparaciones son injustas porque tendemos a comparar nuestro pequeño proyecto que esta comenzando a andar con personas que ya tienen una identidad consolidada, con comunidad y miles de seguidores. Entonces llega la frustración: haces una cosa y no tiene resultado, pero ves que la otra persona hace lo mismo y triunfa. ¿Por qué? No es porque nosotros seamos peores; es que su marca está en una posición a la que la nuestra todavía no ha llegado. Así que, seamos también justos con nuestros logros que no por ser más pequeños son menos importantes.
 

¿Cuál ha sido tu último pequeño gran logro?

Twitter
Facebook
Instagram
Website
Copyright © 2021 LAB, All rights reserved.


Want to change how you receive these emails?
You can update your preferences or unsubscribe from this list.

Email Marketing Powered by Mailchimp